• hace 9 años
El tercer nocturno, el más famoso de los tres, trata el amor incondicional maduro. Está escrito en La bemol mayor y se inicia en "poco allegro", aunque luego va creciendo. Puede considerarse que éste último nocturno de los Sueños de amor está dividido en tres partes, separadas cada una por una rápida cadencia que exige bastante destreza y un grado relativamente alto de habilidad técnica. Se utiliza la misma melodía a lo largo de toda la pieza, aunque cambia cada vez, especialmente hacia la mitad de la obra, cuando se alcanza el momento culminante. Al final, el Liebestraum n.º 3 se va apagando en una sección final mucho más lenta con acordes y lentos arpegios y termina con un acorde roto tocado muy lentamente, como si fueran notas sueltas más que unidas en una misma frase.

Artur Rubinstein, 1954

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