• hace 9 años
Tomamos nuestro propio camino de la mano de Takeda y nos reencontramos con una figura, antaño vital, contra la que descargamos toda nuestra ira nada más empezar. Proseguimos con la búsqueda del ancestral artefacto, capaz de evitar o desencadenar una guerra, mientras dominamos las frenéticas técnicas de artes marciales y sometemos a nuestros enemigos, tanto con el sable que empuñamos como con el par de látigos punzantes que resultan, como veréis, vitales en el combate a media y larga distancia.

Recomendada