La batalla de Galípoli o batalla de los Dardanelos tuvo lugar en la península turca de Galípoli en 1915, durante la Primera Guerra Mundial. La campaña se conoce en Turquía con el nombre de Çanakkale Savaşlari. En el Reino Unido se le llama «Campaña de los Dardanelos», mientras que en Australia y Nueva Zelanda se la conoce como la «batalla de Galípoli».
La batalla se inició en febrero de 1915 con un bombardeo masivo desde los buques de guerra británicos y franceses contra los fuertes otomanos que defendían el estrecho, y que fracasó principalmente debido a las minas. Este fracaso promovió entre mandos y gobiernos la necesidad de una operación combinada, en forma de desembarco, entre británicos y franceses con el fin de conquistar la capital otomana de Constantinopla (la actual Estambul). El control de los estrechos permitiría a Francia y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda revitalizar al Imperio ruso y encerrar a los imperios centrales. Los rusos necesitaban urgentemente armamento para enfrentarse a los imperios centrales que le hacían frontera: el Imperio alemán, el Imperio austrohúngaro y el Imperio otomano.
Esta idea, defendida netamente por Winston Churchill, se iniciaría con el desembarco cerca de Galípoli, pero los aliados no consiguen penetrar por sorpresa en el territorio otomano y fracasan en las sucesivas ofensivas, resultando unas 250.000 bajas por cada uno de los dos bandos.
La batalla se inició en febrero de 1915 con un bombardeo masivo desde los buques de guerra británicos y franceses contra los fuertes otomanos que defendían el estrecho, y que fracasó principalmente debido a las minas. Este fracaso promovió entre mandos y gobiernos la necesidad de una operación combinada, en forma de desembarco, entre británicos y franceses con el fin de conquistar la capital otomana de Constantinopla (la actual Estambul). El control de los estrechos permitiría a Francia y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda revitalizar al Imperio ruso y encerrar a los imperios centrales. Los rusos necesitaban urgentemente armamento para enfrentarse a los imperios centrales que le hacían frontera: el Imperio alemán, el Imperio austrohúngaro y el Imperio otomano.
Esta idea, defendida netamente por Winston Churchill, se iniciaría con el desembarco cerca de Galípoli, pero los aliados no consiguen penetrar por sorpresa en el territorio otomano y fracasan en las sucesivas ofensivas, resultando unas 250.000 bajas por cada uno de los dos bandos.
Category
📺
TV