Barcelona, 13 sep (efesalud.com). La doctora Carmen Sala Salmerón, obstetra de la Clínica Gine-3, entrevista a su colega Miriam Raquel Zager Etcheverry, experta en los trastornos de la alimentación que se ceban en las mujeres, sobre todo adolescentes y jóvenes, como la anorexia y la bulimia; "dos psicopatologías que presentan indicios y síntomas iniciales que solo unos padres pueden advertir y solucionar salvo que se empeñen en negar la cruda realidad".
La doctora Zagert, además de licenciada en Medicina y Cirugía, es una ginecóloga que se ha convertido en un "referente profesional" para otros centros sanitarios, como el vanguardista Instituto de Trastornos Alimentarios (ITA) de Barcelona.
La gineperiodista Carmen Sala, micrófono en mano, va directamente al grano... ¿Qué es un trastorno de la alimentación?
"Es una enfermedad progresiva y crónica que refleja un desorden grave ante la dieta de comida diaria. Los trastornos más importantes y frecuentes son la anorexia nerviosa y la bulimia, pero existen otros: vigorexia, ortorexia, permarexia, seudorexia, bulimarexia, potomanía, drunkorexia, diabulimina, sadorexia, manorexia o pregorexia", explica Zagert.
A la anorexia se llega porque la paciente tiene pánico a engordar. No solo deja de comer y empieza a practicar más y más ejercicio físico, sino que entra en un círculo vicioso: ve su imagen corporal distorsionada, con sobrepeso. En poco tiempo llega a la delgadez extrema y aún así sigue viéndose gorda.
La bulimia aparece cuando el paciente come cantidades excesivas de alimentos en muy poco tiempo. Se da un atracón de comida. A continuación, como también tema a la gordura, vomita voluntariamente, como el anoréxico, o bien usa laxantes, enemas o diuréticos.
¿Y por qué se llega a esta situación?, pregunta Carmen.
"Por una serie de factores físicos y psíquicos, pero el desencadenante es la fusión de internet y el canon de belleza actual: las mujeres reciben mensajes constantes, directos e indirectos, de que la delgadez es atractiva y garantiza el éxito en sus propósitos", responde Raquel.
Cualquier adolescente accede a millones de webs, foros o blogs donde informarse sobre dietas extremas, ejercicios para adelgazar, trucos para engañar a sus familias o donde reafirmar la insatisfacción personal con su físico.
¿Qué papel juega la ginecología en este tipo de trastornos?, apunta la doctora Sala.
"Detectar la anorexia o la bulimia en fases tempranas es ciertamente difícil, y, por tanto, cuando la madre trae a su hija porque a la niña no le ha bajado la regla hace varios meses, la consulta sirve para desenmascarar a la enfermedad", señala la especialista del ITA.
Cree que hay que explorar a la joven con una mayor meticulosidad, "solicitando analíticas hormonales, registrando su talla, su peso o su tensión arterial o averiguando su Índice de Masa Corporal (IMC)".
Pero la tocoginecóloga Carmen Sala, que ha traído al mundo a un buen número de bebés, adolescentes y jóvenes de hoy en día, piensa que las primeras señales se advierten en el domicilio familiar o en el centro escolar, incluso en los grupos de amigos y amigas.
¿La anorexia o la bulimia son enfermedades familiares?, cuestiona.
"Sí -afirma con rotundidad la doctora argentina-. Podemos decir que es una enfermedad familiar, además de social. Las niñas suelen ser introvertidas, muy perfeccionistas en todos sus cometidos, de clase social media o media-alta, con padres controladores, exquisítamente críticos hacia los estudios y resultados académicos o hacia los amigos o amigas de sus hijas, incluso con su aspecto físico. Exigen autoexigencia".
La doctora Sala, entonces, pone el foco en el papel materno respecto al diagnóstico, la aceptación y el tratamiento de la patología.
"En la madre reside la esencia de la prevención y el diagnóstico -manifiesta Zagert-. Ella suele ser la primera en percibir señales de cambio en la alimentación o en la actitud de su hija -humor, costumbres, rarezas, manías- y debe ser la primera en aceptar el problema, aunque le cueste un millón de lágrimas en su interior -por supuesto, asiente Carmen Sala-".
Después llega el tratamiento y el seguimiento de la enfermedad. El objetivo, curar.
"La situación mejora con la aceptación. La patología suele remitir, pero es difícil determinar el cuándo se curará, ya que es una patología crónica, con muchas recaídas. Se requiere mucha paciencia, amor y determinación. Es complejo dar por ganada la batalla a la anorexia o la bulimia", concluye.
La especialista en todas las etapas de la mujer, Carmen Sala, nos aconseja a todos y todas, madres, padres, amigas y maestros, que, sin agobiar, estemos pendientes de esos primeros síntomas o ayudemos a las adolescentes a superar su trastorno alimenticio. "Cuanto antes mejor -atestigua-. Les va la vida en ello".
Laura, una adolescente que domina su anorexia: http://goo.gl/vz6Jfi
El botón "Off" de la anorexia: http://goo.gl/MIbI6d
MÁS VÍDEOS Y REPORTAJES: http://www.efesalud.com/
La doctora Zagert, además de licenciada en Medicina y Cirugía, es una ginecóloga que se ha convertido en un "referente profesional" para otros centros sanitarios, como el vanguardista Instituto de Trastornos Alimentarios (ITA) de Barcelona.
La gineperiodista Carmen Sala, micrófono en mano, va directamente al grano... ¿Qué es un trastorno de la alimentación?
"Es una enfermedad progresiva y crónica que refleja un desorden grave ante la dieta de comida diaria. Los trastornos más importantes y frecuentes son la anorexia nerviosa y la bulimia, pero existen otros: vigorexia, ortorexia, permarexia, seudorexia, bulimarexia, potomanía, drunkorexia, diabulimina, sadorexia, manorexia o pregorexia", explica Zagert.
A la anorexia se llega porque la paciente tiene pánico a engordar. No solo deja de comer y empieza a practicar más y más ejercicio físico, sino que entra en un círculo vicioso: ve su imagen corporal distorsionada, con sobrepeso. En poco tiempo llega a la delgadez extrema y aún así sigue viéndose gorda.
La bulimia aparece cuando el paciente come cantidades excesivas de alimentos en muy poco tiempo. Se da un atracón de comida. A continuación, como también tema a la gordura, vomita voluntariamente, como el anoréxico, o bien usa laxantes, enemas o diuréticos.
¿Y por qué se llega a esta situación?, pregunta Carmen.
"Por una serie de factores físicos y psíquicos, pero el desencadenante es la fusión de internet y el canon de belleza actual: las mujeres reciben mensajes constantes, directos e indirectos, de que la delgadez es atractiva y garantiza el éxito en sus propósitos", responde Raquel.
Cualquier adolescente accede a millones de webs, foros o blogs donde informarse sobre dietas extremas, ejercicios para adelgazar, trucos para engañar a sus familias o donde reafirmar la insatisfacción personal con su físico.
¿Qué papel juega la ginecología en este tipo de trastornos?, apunta la doctora Sala.
"Detectar la anorexia o la bulimia en fases tempranas es ciertamente difícil, y, por tanto, cuando la madre trae a su hija porque a la niña no le ha bajado la regla hace varios meses, la consulta sirve para desenmascarar a la enfermedad", señala la especialista del ITA.
Cree que hay que explorar a la joven con una mayor meticulosidad, "solicitando analíticas hormonales, registrando su talla, su peso o su tensión arterial o averiguando su Índice de Masa Corporal (IMC)".
Pero la tocoginecóloga Carmen Sala, que ha traído al mundo a un buen número de bebés, adolescentes y jóvenes de hoy en día, piensa que las primeras señales se advierten en el domicilio familiar o en el centro escolar, incluso en los grupos de amigos y amigas.
¿La anorexia o la bulimia son enfermedades familiares?, cuestiona.
"Sí -afirma con rotundidad la doctora argentina-. Podemos decir que es una enfermedad familiar, además de social. Las niñas suelen ser introvertidas, muy perfeccionistas en todos sus cometidos, de clase social media o media-alta, con padres controladores, exquisítamente críticos hacia los estudios y resultados académicos o hacia los amigos o amigas de sus hijas, incluso con su aspecto físico. Exigen autoexigencia".
La doctora Sala, entonces, pone el foco en el papel materno respecto al diagnóstico, la aceptación y el tratamiento de la patología.
"En la madre reside la esencia de la prevención y el diagnóstico -manifiesta Zagert-. Ella suele ser la primera en percibir señales de cambio en la alimentación o en la actitud de su hija -humor, costumbres, rarezas, manías- y debe ser la primera en aceptar el problema, aunque le cueste un millón de lágrimas en su interior -por supuesto, asiente Carmen Sala-".
Después llega el tratamiento y el seguimiento de la enfermedad. El objetivo, curar.
"La situación mejora con la aceptación. La patología suele remitir, pero es difícil determinar el cuándo se curará, ya que es una patología crónica, con muchas recaídas. Se requiere mucha paciencia, amor y determinación. Es complejo dar por ganada la batalla a la anorexia o la bulimia", concluye.
La especialista en todas las etapas de la mujer, Carmen Sala, nos aconseja a todos y todas, madres, padres, amigas y maestros, que, sin agobiar, estemos pendientes de esos primeros síntomas o ayudemos a las adolescentes a superar su trastorno alimenticio. "Cuanto antes mejor -atestigua-. Les va la vida en ello".
Laura, una adolescente que domina su anorexia: http://goo.gl/vz6Jfi
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