En la escuela de secundaria Jean Moulin de Marsella, las manos se alzan, los alumnos preguntan, estudian, también hay disciplina y respeto.
El centro está situado en uno de los barrios más desfavorecidos y problemáticos de la ciudad francesa. Hay muchos estudiantes becados cuyos padres ganan menos de mil euros al mes. El centro forma parte de una REP red de rducación prioritaria.
Arnaud Sallaberry profesor en este centro afirma que están “un poco por debajo del número de alumnos que un colegio normal en donde hay clases de 27, 28, 29, 30 alumnos. Aquí hay 24 por aula. Es más confortable. Y además hemos puesto en marcha clases de apoyo escolar. Los alumnos se reparten en “grupos por niveles”. Con dos clases, creamos tres”.
El sistema de educación prioritaria se introdujo en Francia en 1982 para ayudar a las escuelas de las zonas más desfavorecidas, y hace un año se aplicó una reforma. El 19’8 % de los alumnos de primaria y el 20’5 % de los estudiantes de secundaria franceses acuden a centros de la red de educación prioritaria.
Dominique Dupperay ha dirigido un centro de primaria durante cinco años. Para él el cambio ha sido espectacular. “Antes de la reforma sólo el 40% de los alumnos aprobaban el examen y a penas la mitad iban al instituto. Ahora hemos tenido años buenos con cerca del 70% de aprobados y un 100% de alumnos que optan por la secundaria general o por la formación profesional. El hecho de haber contado con más medios en la enseñanza prioritaria, unido a la implicación y a la reflexión de los equipos pedagógicos sobre metodologías más innovadoras, nos han permitido mejorar la trayectoria escolar del alumnado”, asegura.
Pero cabe preguntarse si este centro es la excepción que confirma la regla en el sistema educativo francés. Sobretodo teniendo en cuenta que Francia encabezó en 2013 la lista de la OCDE de países en los que las desigualdes son más flagrantes, y otro informe reciente del CNESCO lo confirma.
Hay más de nueve mil establecimientos de primaria y secundaria calificados como centros de educación prioritaria en Francia. Uno de cada cinco alumnos va a ellos.
En Bobigny, en el extrarradio de París, nos han denegado todas las peticiones para filmar en escuelas prioritarias. La razón oficial: están inundados de demandas desde que se publicó el informe.
Véronique Decker ha trabajado en Bobigny durante treinta años. Y aunque su escuela primaria, el colegio Marie Curie está en una red de educación prioritaria, dice que el montante que ha recibido es mínimo.
Los estudiantes y sus familias, la gran mayoria emigrantes, viven en viviendas sociales. A ella no le extraña que Francia encabece ese ranking. Decker asegura que
“no hay igualdad entre las escuelas públicas y las privadas. La escuela privada percibe dinero de los padres, escoge a sus alumnos, mientras que nosostros no recibimos fondos de los padres – de lo cual me alegro – ni podemos escoger a nuestros alumnos – de lo cual también me alegro – pero el caso es que
El centro está situado en uno de los barrios más desfavorecidos y problemáticos de la ciudad francesa. Hay muchos estudiantes becados cuyos padres ganan menos de mil euros al mes. El centro forma parte de una REP red de rducación prioritaria.
Arnaud Sallaberry profesor en este centro afirma que están “un poco por debajo del número de alumnos que un colegio normal en donde hay clases de 27, 28, 29, 30 alumnos. Aquí hay 24 por aula. Es más confortable. Y además hemos puesto en marcha clases de apoyo escolar. Los alumnos se reparten en “grupos por niveles”. Con dos clases, creamos tres”.
El sistema de educación prioritaria se introdujo en Francia en 1982 para ayudar a las escuelas de las zonas más desfavorecidas, y hace un año se aplicó una reforma. El 19’8 % de los alumnos de primaria y el 20’5 % de los estudiantes de secundaria franceses acuden a centros de la red de educación prioritaria.
Dominique Dupperay ha dirigido un centro de primaria durante cinco años. Para él el cambio ha sido espectacular. “Antes de la reforma sólo el 40% de los alumnos aprobaban el examen y a penas la mitad iban al instituto. Ahora hemos tenido años buenos con cerca del 70% de aprobados y un 100% de alumnos que optan por la secundaria general o por la formación profesional. El hecho de haber contado con más medios en la enseñanza prioritaria, unido a la implicación y a la reflexión de los equipos pedagógicos sobre metodologías más innovadoras, nos han permitido mejorar la trayectoria escolar del alumnado”, asegura.
Pero cabe preguntarse si este centro es la excepción que confirma la regla en el sistema educativo francés. Sobretodo teniendo en cuenta que Francia encabezó en 2013 la lista de la OCDE de países en los que las desigualdes son más flagrantes, y otro informe reciente del CNESCO lo confirma.
Hay más de nueve mil establecimientos de primaria y secundaria calificados como centros de educación prioritaria en Francia. Uno de cada cinco alumnos va a ellos.
En Bobigny, en el extrarradio de París, nos han denegado todas las peticiones para filmar en escuelas prioritarias. La razón oficial: están inundados de demandas desde que se publicó el informe.
Véronique Decker ha trabajado en Bobigny durante treinta años. Y aunque su escuela primaria, el colegio Marie Curie está en una red de educación prioritaria, dice que el montante que ha recibido es mínimo.
Los estudiantes y sus familias, la gran mayoria emigrantes, viven en viviendas sociales. A ella no le extraña que Francia encabece ese ranking. Decker asegura que
“no hay igualdad entre las escuelas públicas y las privadas. La escuela privada percibe dinero de los padres, escoge a sus alumnos, mientras que nosostros no recibimos fondos de los padres – de lo cual me alegro – ni podemos escoger a nuestros alumnos – de lo cual también me alegro – pero el caso es que
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