• hace 16 años
Hasta la inmensa marisma de Urdaibai llegan las dulces aguas del río Oka. A su encuentro salen las saladas olas cantábricas. El resultado no podía ser de otro: un extraordinario espacio natural que desde Mundaka hasta Gernika, y a lo largo de ambas orillas, sirve de refugio a la mayor agrupación de aves acuáticas del norte de la península y dibuja una naturaleza plena de la belleza de bosques y montañas lindando con un mar bravío y espectacular.
Al otro lado de la ría nos espera Kanala, Burritxagana, y el hermosísimo bosque de Oma, lienzo improvisado y natural del pintor Agustín Ibarrola.
Al norte alcanzaremos la costa pasando por Elantxobe y llegando al cabo Ogoño.
Por Eduardo Cruz Ortiz de Landazuri.

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