Este 2016 está acabando con grandes sorpresas y con extrañas declaraciones, osadas y desafiantes, que el público consciente no puede desestimar.
El tweet nuclear del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, ha encendido las alarmas de analistas, periodistas y críticos de todo el mundo, y de la mano también, sin duda, lo que ha dicho el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Lo que más se me hace curioso es que todo empieza como si fuera un romance: "de Putin, con amor", podríamos titular el primer episodio de esta historia mundial. Hablo de la carta secreta que lo fue hasta que la reveló el propio Trump. Fechada el 15 de este diciembre y redactada con mucho tiento.
Lo primero que tengo que decir es que no hay que olvidar que quien -así dice la firma- la redactó, nada más fue un férreo agente de la Comité para la Seguridad del Estado, más conocido como la KGB, fue un brillante estudiante de espionaje, fue director general de la Inteligencia de Rusia (Servicio Federal de Seguridad, FSB en ruso), y hoy presidente ruso: Vladimir Putin.
La carta está escrita curiosamente con mucho cariño, habla sí, de lo que podríamos imaginarnos muchos, de la cooperación entre las dos potencias y su responsabilidad.
Habla indirectamente de que Rusia y EE.UU. son de alguna forma los que afectan o deciden sobre el mundo entero, al menos el moderno. Pero empero, lo que más llama la atención es que está escrita con demasiado cariño, los deseos de navidad, las consideraciones, y como si Trump fuera un rey, la reverencia que hay.
Y sobre todo dos palabras claves: "please, accept", se repite dos veces: "Por favor acepte mis más cálidos saludos", y "Por favor acepte mis deseos sinceros para usted y su familia, de buena salud, felicidad, bienestar, éxito y todo lo mejor".
La carta es como si no fuera escrita de igual a igual. Sino que el escriba ve hacia arriba, a la "excelencia" a quien le escribe y dedica sus saludos. Hasta ahí acaba la primera parte de la historia.
La segunda, unos días después. Después de esta carta con amor desde Rusia, Putin lanza una declaración que estremece: "Necesitamos reforzar la capacidad de combate de las fuerzas nucleares estratégicas, sobre todo mediante el fortalecimiento de los complejos de misiles que sean capaces de penetrar con fiabilidad los sistemas de defensa antimisiles existentes y futuros".
Acto seguido, Trump responde que: "Estados Unidos debe fortalecer y expandir su capacidad nuclear hasta que el mundo se dé cuenta de lo que son las armas nucleares". O sea, y sin ser pesimistas, que el arsenal nuclear más poderoso del mundo (Rusia y EE.UU. juntos), como si le faltaran armas al planeta o amenazas, se va a fortalecer.
Algún extraterrestre podría pensar que a lo mejor quieren destruir algún otro planeta, Júpiter, por ejemplo, o que de verdad, los seres humanos no quieren que queden siquiera cucarachas después de la Tercera Guerra Mundial.
"Fortalecer", "reforzar" y "expandir" son las palabras clave que nos hacen regresar, por lo menos en el pensamiento a una Guerra Fría, más fría que la de la "antigua Unión Soviética (URSS)-EEUU", pues hasta hace unos días, hasta antes de estas declaraciones, de lo que se trataba era de reducir los arsenales nucleares del mundo, hacerlo más seguro y no un polvorín que pueda volar en mil pedazos en un segundo -porque entre más armado, hay más probabilidad de que incluso sea por error y no por voluntad.
¿Cuál es el significado de las declaraciones nucleares de Putin y Trump? ¿Estrategia, bluff, realidad, pronóstico, vaticinio o juego político? ¿De verdad se destinará presupuesto para las armas que extinguirán la vida? ¿Trump de verdad sabe cuál es el poder del twitter? ¿Su alcance mundial y como pude manejar los temores y la confianza no solo de su pueblo sino del mundo entero? ¿Por qué China reacciona inmediatamente y lo critica señalando que la responsabilidad de las potencias nucleares es justo eso, que haya cada vez menos bombas nucleares?
En Detrás de la Razón, nosotros preguntamos, los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es detectar las aristas que no nos dicen.
El análisis, las preguntas y respuestas a las nueve treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres y Madrid, siete de la tarde; México a las 12 y Colombia, una de la tarde.
Por: Roberto de la Madrid.
El tweet nuclear del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, ha encendido las alarmas de analistas, periodistas y críticos de todo el mundo, y de la mano también, sin duda, lo que ha dicho el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Lo que más se me hace curioso es que todo empieza como si fuera un romance: "de Putin, con amor", podríamos titular el primer episodio de esta historia mundial. Hablo de la carta secreta que lo fue hasta que la reveló el propio Trump. Fechada el 15 de este diciembre y redactada con mucho tiento.
Lo primero que tengo que decir es que no hay que olvidar que quien -así dice la firma- la redactó, nada más fue un férreo agente de la Comité para la Seguridad del Estado, más conocido como la KGB, fue un brillante estudiante de espionaje, fue director general de la Inteligencia de Rusia (Servicio Federal de Seguridad, FSB en ruso), y hoy presidente ruso: Vladimir Putin.
La carta está escrita curiosamente con mucho cariño, habla sí, de lo que podríamos imaginarnos muchos, de la cooperación entre las dos potencias y su responsabilidad.
Habla indirectamente de que Rusia y EE.UU. son de alguna forma los que afectan o deciden sobre el mundo entero, al menos el moderno. Pero empero, lo que más llama la atención es que está escrita con demasiado cariño, los deseos de navidad, las consideraciones, y como si Trump fuera un rey, la reverencia que hay.
Y sobre todo dos palabras claves: "please, accept", se repite dos veces: "Por favor acepte mis más cálidos saludos", y "Por favor acepte mis deseos sinceros para usted y su familia, de buena salud, felicidad, bienestar, éxito y todo lo mejor".
La carta es como si no fuera escrita de igual a igual. Sino que el escriba ve hacia arriba, a la "excelencia" a quien le escribe y dedica sus saludos. Hasta ahí acaba la primera parte de la historia.
La segunda, unos días después. Después de esta carta con amor desde Rusia, Putin lanza una declaración que estremece: "Necesitamos reforzar la capacidad de combate de las fuerzas nucleares estratégicas, sobre todo mediante el fortalecimiento de los complejos de misiles que sean capaces de penetrar con fiabilidad los sistemas de defensa antimisiles existentes y futuros".
Acto seguido, Trump responde que: "Estados Unidos debe fortalecer y expandir su capacidad nuclear hasta que el mundo se dé cuenta de lo que son las armas nucleares". O sea, y sin ser pesimistas, que el arsenal nuclear más poderoso del mundo (Rusia y EE.UU. juntos), como si le faltaran armas al planeta o amenazas, se va a fortalecer.
Algún extraterrestre podría pensar que a lo mejor quieren destruir algún otro planeta, Júpiter, por ejemplo, o que de verdad, los seres humanos no quieren que queden siquiera cucarachas después de la Tercera Guerra Mundial.
"Fortalecer", "reforzar" y "expandir" son las palabras clave que nos hacen regresar, por lo menos en el pensamiento a una Guerra Fría, más fría que la de la "antigua Unión Soviética (URSS)-EEUU", pues hasta hace unos días, hasta antes de estas declaraciones, de lo que se trataba era de reducir los arsenales nucleares del mundo, hacerlo más seguro y no un polvorín que pueda volar en mil pedazos en un segundo -porque entre más armado, hay más probabilidad de que incluso sea por error y no por voluntad.
¿Cuál es el significado de las declaraciones nucleares de Putin y Trump? ¿Estrategia, bluff, realidad, pronóstico, vaticinio o juego político? ¿De verdad se destinará presupuesto para las armas que extinguirán la vida? ¿Trump de verdad sabe cuál es el poder del twitter? ¿Su alcance mundial y como pude manejar los temores y la confianza no solo de su pueblo sino del mundo entero? ¿Por qué China reacciona inmediatamente y lo critica señalando que la responsabilidad de las potencias nucleares es justo eso, que haya cada vez menos bombas nucleares?
En Detrás de la Razón, nosotros preguntamos, los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es detectar las aristas que no nos dicen.
El análisis, las preguntas y respuestas a las nueve treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres y Madrid, siete de la tarde; México a las 12 y Colombia, una de la tarde.
Por: Roberto de la Madrid.
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