Decano de corresponsales: España necesita un pacto político como el de 1978

  • hace 6 años
Madrid, 29 nov (EFE).- (Imagen: Fabio Manzano) Corresponsal decano en España, Robbert Bosschart (Holanda, 1945) lleva medio siglo narrando la transformación de un país que, cuando votó su Constitución, ganó "el periodo de estabilidad política más largo de su Historia" y que hoy vuelve a necesitar un pacto político como aquel de 1978.
 
Aunque critica que los líderes políticos actuales no estén a la altura de los que negociaron la Carta Magna y sean incapaces de pactar siquiera un programa de gobierno de coalición "como hace el resto de Europa desde hace décadas", Bosschart alaba las libertades que hoy disfruta la sociedad española, "impensables" en la España de 1975.
 
Bosschart comenzó a escribir noticias como "freelance" cuando todavía estudiaba Filología Hispánica en la Universidad de Barcelona y terminó ejerciendo durante 25 años como corresponsal de la televisión pública holandesa NOS en Madrid, labor a la que sumó una década en la española CNN+.
 
Todavía hoy escribe artículos sobre España para el Instituto de análisis Montesquieu.
 
Ha publicado en holandés "Europa, última oportunidad", sobre las negociaciones de España para su ingreso en la UE; "España, paraíso de la paradoja" -una cronología de la transición- y "Barcelona, amor meu", unas memorias periodísticas de los 18 años que pasó en esa ciudad.
 
Pregunta: Llegó a Barcelona en 1963, ¿aprendió catalán antes que castellano?
Respuesta: Aprendí los dos a la vez. Sí, yo hablaba catalán normalmente; eso ayudaba a abrir puertas ya entonces. Pero a la vez aprendí en la Universidad de Barcelona un castellano bastante completito.
 
P: Vivió las negociaciones de la Constitución estando en Cataluña. ¿Se podía prever el independentismo actual?
R: Para nada. Barcelona era la ciudad más cosmopolita que te podías imaginar, estaba a la altura de Berlín, París o Beirut; era una ciudad abierta. El sentimiento de identidad catalana estuvo presente siempre, no se ha perdido nunca. Lo que pasa es que aquella Cataluña era absolutamente tolerante y tenía muy claro que, si íbamos a la democracia, teníamos que ir todos juntos. Fue de las regiones que votó a favor con más entusiasmo: el 90,5% dijo sí.
 
P: ¿Quizás creyeron que se sentaban bases para un futuro Estado federal?
R: En aquel entonces yo bajé a la calle con mis amigos y nuestro eslogan era "Libertad, Amnistía y Estatut de Autonomía". No había en aquel momento la feroz propaganda que se ha desatado en Cataluña desde 2011-2012 a favor de una soberanía propia que además es una entelequia enloquecida. Jamás entendí que, de los siete millones de catalanes, haya dos millones que se han creído ese cuento.
 
P: Cuando se negociaba la Carta Magna, ¿hubo un auténtico debate social sobre su contenido?
R: Diría que sí. A principios de los setenta, ya funcionaba el "parlamento de papel", buena parte del debate público se hacía a través de medios impresos como "Cuadernos para el Diálogo" y "Cambio 16", y de alguna radio como la Ser. Había muc

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