Los pueblos de Noja y Laredo, en Cantabria, han recuperado hoy la normalidad tras los atentados cometidos ayer por la banda terrorista ETA en ambos municipios. El cordón policial establecido en las zonas donde fueron colocados los artefactos ya se ha levantado totalmente y las playas recuperan poco a poco la afluencia de un lunes de julio. Los visitantes han ido llegando a lo largo de toda la mañana, unos para ver lo que había pasado y otros para pasear o darse un baño. Pese a esa normalidad, los atentados de ayer siguen presentes en el ánimo de los habitantes y turistas de ambas localidades.Las cuatro bombas que ayer hizo estallar ETA en las dos localidad cántabras, contenían cada una de ellas, entre tres y cinco kilos de material explosivo, aún sin determinar, introducidos en fiambreras a las que se había adherido un temporizador, según fuentes próximas a la investigación.
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