La Avenida Al Andalus daba al río y hoy es del río. Cuando el Guadalquivir llama a su puerta no hay barreras que le impidan entrar, pero con los diques dejan parte fuera. La segunda gran inundación en un año, además de agua, ha traído resignación a los vecinos de Lora del Río. José Antonio ya sabe lo que se va a encontrar detrás de esta puerta. Como la suya, hay más de 150 viviendas afectadas. La mayoría construídas varios metros bajo el nivel del mar o demasiado cerca del Guadalquivir. El río es una incómoda visita para ellos que aparece un día casi sin avisar y tardan meses en olvidar.
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