En la única reserva de burros que hay en la Comunidad de Madrid, se han recuperado 320 ejemplares en los últimos catorce años. En la nueva cuadra encuentran cobijo los burros con necesidades especiales. Destetados, crías, algunas preñadas, los machos enteros, en fase de recuperación. Muy lejos queda la imagen del burro de carga. Más de un millón de burros han dejado de trabajar el campo en los últimos 40 años. Evitar su extinción pasa por encontrar nuevas tareas para uno de los animales que más ha trabajado por el hombre. Se le está buscando otro tipo de trabajos de alternativas, culturales de ocio e inclusive como terapia. La adopción es otra arma en la lucha contra su extinción. Además el precio es voluntario una manera de agradecer al burro tanto trabajo.
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