La indignación y la frustración recorren las calles del barrio valenciano de Velluters. Una sensación que afecta también a la policía. Todos saben lo que esconden los locales de la zona: prostitución y trata de blancas. Un detective filmó el trapicheo habitual, pero a pesar de las innumerables pruebas de los vecinos contra los proxenetas, la Fiscalía de Valencia quiere archivar el caso. Piden que sean las propias prostitutas las que denuncien a los proxenetas. Mientras, el negocio continúa a cualquier hora del día en el vecindario.
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