Belleza y estética a precios de saldo, que no pueden subir más. Con una clientela en constante descenso, esta es la situación en la mayoría de la peluquerías y centros de belleza. A los empresarios del sector no les salen los números: si los clientes no pueden pagar más, la subida del IVA hasta un 21% tendrán que costearla ellos. Para los pequeños emprendedores, el encarecimiento de los productos que necesita en su negocio supone un golpe del que todavía no sabe cómo podrá recuperarse. En sus negocios sus empleados temen por la continuidad de su empleo. En unos servicios que algunos pueden considerar prescindibles, la subida de precios afectaría directamente al número de visitas al peluquero. Lucir una buena imagen personal es para muchos un lujo que ya no pueden permitirse.
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