El silencio sobrecoge en el levantamiento de los cuerpos de Miguel Angel y de su hija, de 8 años. Una de las hipotesis que maneja la Guardia Civil es que el padre acabara con la vida de su hija y después se suicidara. Estaba en trámites de separación de su mujer. La madre acudió al colegio a recoger a su hija, pero no estaba, y fue a buscarla a casa de su expareja. Allí se encontró con el abuelo paterno, que acababa de entrar en la casa. Vio los dos cadáveres, cada uno acostado en su cama, con heridas de arma blanca. La mujer se desmayó y tuvo que ser atendida por emergencias. Durante horas la policía ha analizado todos los restos en el interior de la casa, para saber qué pudo ocurrir. La pareja no sufría problemas económicos porque ambos tenían trabajo. Él era empleado de un supermercado. No constan tampoco denuncias por malos tratos. En Almonte han decretado dos días de luto oficial.
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