Suroeste de China. Un abuelo cruza la calle con sus tres nietos, no los coge de la mano. El mayor se para porque la pequeña se ha quedado atrás. Intenta seguirles el ritmo cuando es atropellada. El coche sigue su camino. Solo para cuando se da cuanta de lo que ha pasado. Ella se queda tendida en el suelo. Y lo primero que hace el abuelo es ir a golpear el capó del vehículo. Luego, va a ver cómo está la pequeña. La calle se paraliza hasta que llega la ambulancia. Por suerte solo la tienen que atender por la rotura de un diente y por magulladuras, nada grave. Los medios locales hablan de la responsabilidad del coche en el accidente, y de la irreponsabilidad del abuelo.
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