Enfundado en un ajustado chaqué y con semblante serio, Donald Trump ha encabezado el cortejo real junto a Isabel II. Detrás Melania charlando amistosamente con el Príncipe Carlos antes de entrar a la cena de gala organizada con todos los honores en el Palacio de Buckingham. Un banquete por todo lo alto con 170 invitados, entre ellos 16 miembros de la familia real británica. Con la ausencia del príncipe Henrique y Meghan Markle que se han quedado en casa con su hijo recién nacido después de hacerse pública una grabación en la que Trump insultaba a Meghan. Más allá de polémicas, en sus discursos tanto la Reina como el presidente de Estados Unidos han ensalzado los valores comunes y la estrecha relación que une a Washington y Londres desde la Segunda Guerra Mundial. Pero Trump no podía irse sin cometer un error de protocolo al poner su mano en la espalda de la Reina Isabel antes de escuchar el himno que ha dado paso al brindis en su honor.
-Redacción-
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