¿Cómo se pelean los peces de la misma especie? ¿Cómo arreglan sus pequeñas diferencias entre iguales?
Nunca nos lo habíamos preguntado. De ahí la sorpresa que nos ha causado este vídeo.
Las imágenes nos muestran a dos peces que se comportan de manera inusual dentro de una pecera. Cada uno de ellos se acerca al otro para escupirle arena, luego corre a esconderse a su agujero.
Así una y otra vez. Se van alternando en sus “ataques” dando lugar a una escena curiosa a la par que cómica.
Se trata de dos peces góbidos de aguas tropicales que se encuentran en un acuario de Californa.
Estos animales pueden medir hasta 27 centímetros de largo. Su color es pardo claro con pequeñas manchas moteadas más oscuras, blanquecina y amarillentas.
La familia de los peces góbidos comprenden más de 600 especias que frecuentan las zonas costeras tropicales y subtropicales. Se les conoce por tener las aletas ventrales unidas, lo que forman una especia de ventosa que permite al pez fijarse a un substrato en las corrientes más fuertes.
El pez glóbido suele pasar el día fijado a alguna superficie, como una piedra o el cristal de un acuario. Por la noche la cosa cambia porque es entonces cuando ataca a otros peces más pequeños.
De hecho, el lanzar arena a otro rival es una muestra de defensa.
Nunca nos lo habíamos preguntado. De ahí la sorpresa que nos ha causado este vídeo.
Las imágenes nos muestran a dos peces que se comportan de manera inusual dentro de una pecera. Cada uno de ellos se acerca al otro para escupirle arena, luego corre a esconderse a su agujero.
Así una y otra vez. Se van alternando en sus “ataques” dando lugar a una escena curiosa a la par que cómica.
Se trata de dos peces góbidos de aguas tropicales que se encuentran en un acuario de Californa.
Estos animales pueden medir hasta 27 centímetros de largo. Su color es pardo claro con pequeñas manchas moteadas más oscuras, blanquecina y amarillentas.
La familia de los peces góbidos comprenden más de 600 especias que frecuentan las zonas costeras tropicales y subtropicales. Se les conoce por tener las aletas ventrales unidas, lo que forman una especia de ventosa que permite al pez fijarse a un substrato en las corrientes más fuertes.
El pez glóbido suele pasar el día fijado a alguna superficie, como una piedra o el cristal de un acuario. Por la noche la cosa cambia porque es entonces cuando ataca a otros peces más pequeños.
De hecho, el lanzar arena a otro rival es una muestra de defensa.
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