En cualquier otra emisora e incluso programa, hubiera sido algo insólito, chocante, inaudito, pero tratándose de ese engendro que es 'La Vida Moderna' y teniendo en cuenta la catadura de alguno de los que conducen, hasta parece normal.
Sucedió este 28 de octubre de 2019 en plena emisión.
El programa se escucha en Youtube y aunque tiene público escaso y la gracia en el mismo sitio donde las avispas llevan el aguijón, fue recientemente galardonado con un premio Ondas. Vaya por delante que esto de los premios opera la misma regla que en Navid: no se le pregunta al pavo si hay que celebrar la Nochebuena y te coronas dama de honor o reina de las fiestas, si tu tío es el concejal de festejos del pueblo. Los Ondas los da Radio Barcelona, que es emisora de la SER.
Volviendo al surrealista episodio del trompazo. Empezó cuando uno de los borrachos del programa, que en esta ocasión y excepcionalmente no estaba en la mesa sino entre el público, se levantó vacilante, trató de avanzar hacia la salida dando algún tumbo.
Cuando casi había logrado su propósito, tropezó, cayó de morros y se estampó de cara contra el suelo, partiéndose una ceja.
El beodo se levantó con el rostro ensangrentado y enfiló la salida ante la estupefacción de los cómicos y el público, que se debatían entre la risa y parálisis.
Un amigo, este sobrio, se puso en pie para aventurarse a decir que se pondría bien.
El cachondeo en Twitter es memorable
Sucedió este 28 de octubre de 2019 en plena emisión.
El programa se escucha en Youtube y aunque tiene público escaso y la gracia en el mismo sitio donde las avispas llevan el aguijón, fue recientemente galardonado con un premio Ondas. Vaya por delante que esto de los premios opera la misma regla que en Navid: no se le pregunta al pavo si hay que celebrar la Nochebuena y te coronas dama de honor o reina de las fiestas, si tu tío es el concejal de festejos del pueblo. Los Ondas los da Radio Barcelona, que es emisora de la SER.
Volviendo al surrealista episodio del trompazo. Empezó cuando uno de los borrachos del programa, que en esta ocasión y excepcionalmente no estaba en la mesa sino entre el público, se levantó vacilante, trató de avanzar hacia la salida dando algún tumbo.
Cuando casi había logrado su propósito, tropezó, cayó de morros y se estampó de cara contra el suelo, partiéndose una ceja.
El beodo se levantó con el rostro ensangrentado y enfiló la salida ante la estupefacción de los cómicos y el público, que se debatían entre la risa y parálisis.
Un amigo, este sobrio, se puso en pie para aventurarse a decir que se pondría bien.
El cachondeo en Twitter es memorable
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