Recientemente en uno de mis video blogs, titulado agonía y muerte del modelo democrático invitaba a que nos preguntáramos si a estas alturas y ante el vertiginoso giro de inestabilidad y violencia social que recorre el hesmiferio sería posible para nuestra incipiente democracia concretar la voluntad política para la Reforma del Estado como lo han propuesto grandes pensadores y que hoy se hace impreativo en muchos de nuestros países.
Hoy observo con verdadera sorpresa como la simplista conclusión a la que llegan poderosos organismos internacionales y pensadores que allí trabajan son tan superficiales en definir cuál es la piedra angular de la problemática de nuestros tiempos, hoy los observo mas enfocados en destacar en sus estudios y artículos cuánto tienen unos y cuánto no tienen otros muchos, y esos los ha llevado a acuñar el nuevo témino de moda para la consolidación de un debate que pasará y ya esta pasando de los centros académicos a estimular de nuevo el odio de clases y la justificada violencia callejera que pone de rodillas a sistemas de seguridad y a presidentes de naciones, conviritiendo a este témino de la noche a la mañana en el favorito del mainstream económico actual:
El término es Desigualdad asi es desigualdad, desigualdad es el nuevo jinete del apocalipsis moderno.
Y eso me lleva a recordar al brillante economista y jurista español Pedro Schwartz cuando dijo: No me importa la desigualdad por que no soy envidioso, me importa la pobreza
Hoy observo con verdadera sorpresa como la simplista conclusión a la que llegan poderosos organismos internacionales y pensadores que allí trabajan son tan superficiales en definir cuál es la piedra angular de la problemática de nuestros tiempos, hoy los observo mas enfocados en destacar en sus estudios y artículos cuánto tienen unos y cuánto no tienen otros muchos, y esos los ha llevado a acuñar el nuevo témino de moda para la consolidación de un debate que pasará y ya esta pasando de los centros académicos a estimular de nuevo el odio de clases y la justificada violencia callejera que pone de rodillas a sistemas de seguridad y a presidentes de naciones, conviritiendo a este témino de la noche a la mañana en el favorito del mainstream económico actual:
El término es Desigualdad asi es desigualdad, desigualdad es el nuevo jinete del apocalipsis moderno.
Y eso me lleva a recordar al brillante economista y jurista español Pedro Schwartz cuando dijo: No me importa la desigualdad por que no soy envidioso, me importa la pobreza
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