La médico pediatra Darda Ramírez afirmó que debido a que “la violencia arropa a Venezuela y no se le ve fondo, es necesario que los ciudadanos dediquen momentos a su tranquilidad porque de lo contrario todos terminarán violentos”.
La especialista en medicina juvenil y defensora de derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes explicó que la suma de problemas que viven los venezolanos para realizar actividades cotidianas hacen que las personas no se sientan bien internamente y si no drenan con actividades para relajarse, la violencia en el país puede aumentar.
En la IV Jornada contra la Violencia de Género y demás Grupos Vulnerables del Centro de Clínica Jurídica de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), realizado en las instalaciones de esa casa de estudios, se resaltó que si bien hay distintos tipos de violencia, 19 según la legislación venezolana, esta no solo va dirigida al género femenino sino a los grupos vulnerables.
Ramírez enfatizó que el hecho de que una mamá no le coloque vacunas al niño es maltrato y violencia porque es un derecho, al igual que todo trato negligente. Con respecto a los adultos de la tercera edad expresó que “el peor delito que se puede cometer es dejar a los padres mayores solos en Venezuela”, y añadió que le consta que son los abuelos quienes en la mayoría de las ocasiones acompañan a los adolescentes a sus consultas porque los padres están fuera del país. A lo que cataloga como “cuesta arriba para los ancianos”.
Otro grupo es la comunidad LGBTI en Venezuela. “Es una población vulnerable porque son despedidos o agredidos por considerarlos afeminados”, dijo. Agregó que no hay cifras oficiales de los delitos cometido en su contra.
La violencia infantil sigue presente y según investigaciones “la secuela que deja en un niño puede hacer que se convierta en el adulto que maltrata porque la violencia se aprende y el 80% del maltrato es psicológico”. Entre las consecuencias también están los cambios en el desarrollo del cerebro, basado en estudios cognitivos. En el 99% de los casos de abuso sexual, los abusadores están dentro del círculo familiar y se ganan la confianza del niño.
La cifra actual de mujeres víctimas de violencia es de cuatro de cada 10 venezolanas y, en la mayoría de los casos, la víctima no denuncia por miedo, porque no cree en los organismos del Estado o porque se considera culpable.
La especialista en medicina juvenil y defensora de derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes explicó que la suma de problemas que viven los venezolanos para realizar actividades cotidianas hacen que las personas no se sientan bien internamente y si no drenan con actividades para relajarse, la violencia en el país puede aumentar.
En la IV Jornada contra la Violencia de Género y demás Grupos Vulnerables del Centro de Clínica Jurídica de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), realizado en las instalaciones de esa casa de estudios, se resaltó que si bien hay distintos tipos de violencia, 19 según la legislación venezolana, esta no solo va dirigida al género femenino sino a los grupos vulnerables.
Ramírez enfatizó que el hecho de que una mamá no le coloque vacunas al niño es maltrato y violencia porque es un derecho, al igual que todo trato negligente. Con respecto a los adultos de la tercera edad expresó que “el peor delito que se puede cometer es dejar a los padres mayores solos en Venezuela”, y añadió que le consta que son los abuelos quienes en la mayoría de las ocasiones acompañan a los adolescentes a sus consultas porque los padres están fuera del país. A lo que cataloga como “cuesta arriba para los ancianos”.
Otro grupo es la comunidad LGBTI en Venezuela. “Es una población vulnerable porque son despedidos o agredidos por considerarlos afeminados”, dijo. Agregó que no hay cifras oficiales de los delitos cometido en su contra.
La violencia infantil sigue presente y según investigaciones “la secuela que deja en un niño puede hacer que se convierta en el adulto que maltrata porque la violencia se aprende y el 80% del maltrato es psicológico”. Entre las consecuencias también están los cambios en el desarrollo del cerebro, basado en estudios cognitivos. En el 99% de los casos de abuso sexual, los abusadores están dentro del círculo familiar y se ganan la confianza del niño.
La cifra actual de mujeres víctimas de violencia es de cuatro de cada 10 venezolanas y, en la mayoría de los casos, la víctima no denuncia por miedo, porque no cree en los organismos del Estado o porque se considera culpable.
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