Se puede ser de izquierdas o de derechas, progre o carca, pero lo que no es de recibo -al menos en política y periodismo- es ser tonto y no hay tonto más grande que el que se engaña a si mismo.
Viene esto a cuento del esa frase, que se escucha como un mantra en los telediarios cada vez que pasan dramáticas escenas de subsaharianos saltando a lo bestia la valla de Melilla o llegando depauperados en patera a alguna playa. Y lo que aseguran, con vehemencia y emoción, los atocinados que repiten el mantra es que esos inmigrantes pagarán en el futuro las pensiones de los cada día más envejecidos españoles.
Vale. Como país, podemos abrir de nuevo las fronteras de par en par a los inmigrantes, tal como hizo Zapatero, y nos sentiremos más bondadosos y generosos cuando nos miremos por las mañanas en el espejo del cuarto de baño.
Pero esos nuevos inmigrantes, como ya ocurre con los que les precedieron, no van a pagar nuestras pensiones.
Y no las van a pagar por la muy sencilla y palmaria razón de que no van a poder producir lo suficiente como disponer de la capacidad efectiva de pagarlas.
España, en el mejor y más infrecuente de los casos, importa mileuristas de los países subdesarrollados.
Y un mileurista no puede pagar la pensión de nadie con sus cotizaciones porque ni siquiera puede pagar la suya propia.
Viene esto a cuento del esa frase, que se escucha como un mantra en los telediarios cada vez que pasan dramáticas escenas de subsaharianos saltando a lo bestia la valla de Melilla o llegando depauperados en patera a alguna playa. Y lo que aseguran, con vehemencia y emoción, los atocinados que repiten el mantra es que esos inmigrantes pagarán en el futuro las pensiones de los cada día más envejecidos españoles.
Vale. Como país, podemos abrir de nuevo las fronteras de par en par a los inmigrantes, tal como hizo Zapatero, y nos sentiremos más bondadosos y generosos cuando nos miremos por las mañanas en el espejo del cuarto de baño.
Pero esos nuevos inmigrantes, como ya ocurre con los que les precedieron, no van a pagar nuestras pensiones.
Y no las van a pagar por la muy sencilla y palmaria razón de que no van a poder producir lo suficiente como disponer de la capacidad efectiva de pagarlas.
España, en el mejor y más infrecuente de los casos, importa mileuristas de los países subdesarrollados.
Y un mileurista no puede pagar la pensión de nadie con sus cotizaciones porque ni siquiera puede pagar la suya propia.
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