• hace 4 años
En esta edición del Buen Decir y Punto, la escritora Eritza Liendo, expresa que decir “mi persona” en lugar de “yo” es una forma de tercerizar la propia identidad; de anularnos discursivamente. Cuando, con el ánimo de dar una información o una explicación, se dice: “Estuvimos presentes Luis Felipe, Daniela, Andrés Eloi y mi persona”, da la impresión de que se está hablando de cuatro seres distintos.

“Mi persona” siempre refiere a una tercera persona, a alguien distinto a usted. Hace pensar en alguien con quien usted tiene una relación muy cercana de consanguinidad, de amistad o de amores. De hecho, la expresión “mi persona” es exactamente del mismo tenor semántico que “mi tía”, “mi comadre” o “mi esposo”. Siempre será un “él” o una “ella” diferente del sujeto que está hablando.

La sugerencia es dejar de lado la falsa modestia. “No hay nada de malo en decir “yo”, pero sí mucho de extraño en hablar de usted como si usted fuera otra persona o, lo que es peor, ¡como si no estuviera presente!”

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