España es el país europeo dónde se consume más marihuana, pero la ley que rige la tenencia de cannabis en el domicilio particular continua siendo ambigua, ya que no especifica cuantas plantas se pueden cultivar en casa.
Repor conoce esta semana a Fernanda de la Figuera, conocida como la “abuela porreta”. Tiene 69 años y lleva media vida reivindicando la legalización de la marihuana en nuestro país. En su casa cultiva decenas de plantas cannábicas, y nos dice que son para su propio consumo. Con ellas, además de fumarlas, se prepara desde infusiones a pasteles de marihuana.
¿Qué son los clubs de autocultivo?
Los clubs de autocultivo saltan a la luz pública a raíz de la propuesta del ayuntamiento catalán de Rasquera de cultivar en el pueblo esta droga. El proyecto estaría financiado por un club cannábico. Repor ha querido saber cómo funcionan estos clubs con socios que fuman de manera lúdica y otros que utilizan la marihuana como un complemento paliativo a su enfermedad, como Sergi, que reconoce ser adicto al cannabis porque le calma el dolor.
Las propiedades terapéuticas de la marihuana se abren paso también dentro de la industria farmacéutica. En España sólo existe un medicamento con el tetrahidrocannabinol, THC, el principio activo del cannabis. Está solamente indicado para enfermos de esclerosis múltiple ya que actúa de relajante muscular. Ahora, lo que se plantean los médicos, es dónde está la línea roja que separa la droga de la medicina.
La marihuana, un cultivo oculto en auge
La marihuana continua siendo un cultivo oculto que se extiende por toda la geografía española entre huertos y fincas privadas. La Guardia Civil ha detectado numerosas plantaciones y sospecha que el destino de la droga son los Países Bajos.
El mercado negro existe y convive con un mercado legal; el de las tiendas que venden semillas cannábicas. En Ibiza encontramos una de las que más vende en España y Moss, su propietario, nos explica las peripecias legales que debe saldar para que su negocio se enmarque dentro de la legalidad, lo que él mismo considera “una hipocresía”.
Y en este recorrido por “jardines de la alegría” la cámara de Repor conoce a Chofles, un consumidor longevo que lamenta haber probado la marihuana, porque “es una droga y engancha fumarla, y sobre todo cultivarla”.
Unos consumen marihuana por placer, incluso organizan catas, y otros como medicamento, pero todos dicen que lo que quieren tener es una “huerta de la alegría” en casa para no tener que recurrir a la perversión del mercado negro.
Repor conoce esta semana a Fernanda de la Figuera, conocida como la “abuela porreta”. Tiene 69 años y lleva media vida reivindicando la legalización de la marihuana en nuestro país. En su casa cultiva decenas de plantas cannábicas, y nos dice que son para su propio consumo. Con ellas, además de fumarlas, se prepara desde infusiones a pasteles de marihuana.
¿Qué son los clubs de autocultivo?
Los clubs de autocultivo saltan a la luz pública a raíz de la propuesta del ayuntamiento catalán de Rasquera de cultivar en el pueblo esta droga. El proyecto estaría financiado por un club cannábico. Repor ha querido saber cómo funcionan estos clubs con socios que fuman de manera lúdica y otros que utilizan la marihuana como un complemento paliativo a su enfermedad, como Sergi, que reconoce ser adicto al cannabis porque le calma el dolor.
Las propiedades terapéuticas de la marihuana se abren paso también dentro de la industria farmacéutica. En España sólo existe un medicamento con el tetrahidrocannabinol, THC, el principio activo del cannabis. Está solamente indicado para enfermos de esclerosis múltiple ya que actúa de relajante muscular. Ahora, lo que se plantean los médicos, es dónde está la línea roja que separa la droga de la medicina.
La marihuana, un cultivo oculto en auge
La marihuana continua siendo un cultivo oculto que se extiende por toda la geografía española entre huertos y fincas privadas. La Guardia Civil ha detectado numerosas plantaciones y sospecha que el destino de la droga son los Países Bajos.
El mercado negro existe y convive con un mercado legal; el de las tiendas que venden semillas cannábicas. En Ibiza encontramos una de las que más vende en España y Moss, su propietario, nos explica las peripecias legales que debe saldar para que su negocio se enmarque dentro de la legalidad, lo que él mismo considera “una hipocresía”.
Y en este recorrido por “jardines de la alegría” la cámara de Repor conoce a Chofles, un consumidor longevo que lamenta haber probado la marihuana, porque “es una droga y engancha fumarla, y sobre todo cultivarla”.
Unos consumen marihuana por placer, incluso organizan catas, y otros como medicamento, pero todos dicen que lo que quieren tener es una “huerta de la alegría” en casa para no tener que recurrir a la perversión del mercado negro.
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