El papa Alejandro VII encargó a Bernini que diseñara la plaza para acoger las ceremonias litúrgicas y facilitar el movimiento de los peregrinos. El genial escultor y arquitecto convirtió el espacio en un gigantesco abrazo, con dos columnatas formadas cada una por 284 columnas y 84 pilastras sobre las que se alzan 140 estatuas de santos. Conforme se avanza hacia la plaza por la Via della Conciliazione, la gran avenida construida en la década de 1930, la visión del conjunto es deslumbrante.
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