Vaya verano más ajetreado ha tenido Tamara Falcó. No ha parado entre bodas, retiros espirituales, comilonas, el estreno de su docurreality, y, por fin, unos días de relax junto a su novio, el empresario Íñigo Onieva. Tamara e Íñigo se han reunido en Sotogrande, donde la pareja tiene numerosos amigos, y allí han estado apurando los últimos días de vacaciones de este verano. A bordo de una lancha o compartiendo comidas tan típicas del sur de España como los espetos de sardinas, Tamara e Íñigo han recuperado el tiempo en que han estado cada uno por su lado. Íñigo ha estado de viaje con sus amigos por Turquía y Líbano, mientras que la marquesa de Griñón viajó a Medjugorje, en Bosnia, donde realizó un retiro espiritual, pues esa ciudad es un conocido lugar de peregrinación. Sentada a la mesa, Tamara Falcó está dispuesta a disfrutar de una buena cena. Antes de estos viajes, la pareja asistió a dos importantes bodas de la familia de Tamara, la de su primo, el marqués de Cubas Álvaro Falcó, hi
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