Buenas noches y bienvenidos al XV aniversario de Público. Los 15 años están asociados a la edad de la adolescencia, pero en el periodismo, y en los tiempos que corren, cumplir 15 años no es nada sencillo. Significa plena madurez, plena consolidación, plena aceptación por los lectores y plena dedicación a lo que era para nosotros una auténtica obligación ética y moral. No hablo de otra cosa que de la dignidad. La dignidad de las personas, de los diferentes, de los sinvoz. La dignidad de los que viven y dejan vivir, la dignidad del respeto y de la convivencia, la dignidad de aquellos a los que la vida no trata bien, de aquellos que entran en situaciones de riesgo o de exclusión sin tener ninguna culpa, la dignidad de los comprometidos con la causa de los más débiles.
Este fue nuestro compromiso fundacional hace ya 15 años y tiene plena vigencia 15 años después y la tendrá siempre para nuestra cabecera. Es que no sabemos hacerlo de otra manera y es que además no queremos hacerlo de otra manera.
Yo estaba allí en el momento de la fundación y, personal y profesionalmente, supuso un cambio drástico en mi vida. El vértigo por el cambio de vida fue sustituido rápidamente por la emoción de trabajar en un medio de nueva creación, convencido de la necesidad de su existencia. Han pasado quince años y Público sigue siendo tan necesario, si no lo es más, que cuando nació. Porque bajo la apariencia de la pluralidad informativa, en forma de avalancha mediática, se esconde la desinformación, la ocultación cuando no la más mendaz manipulación.
No somos los mejores ni los únicos en defensa de estos valores, pero sí somos distintos y lo llevamos a gala. En Público siempre hay espacio para las noticias que no son noticia para la mayoría y Público fue, es y seguirá siendo ese espacio de acogida para los que creemos que otro mundo es posible, que el fatalismo que condena a los de siempre y favorece siempre a los mismos puede y debe ser combatido.
No es cómodo, no es fácil, pero es nuestra obligación y lo volveremos a hacer como mínimo 15 años más. Gracias a todos los que nos habéis acompañado en este viaje, empezando por los lectores sin los cuales no seríamos nada y a los que nos debemos. Y a su lado, gracias a la redacción y al conjunto de la plantilla de Público que todos los días hacen posible que Público nos acompañe.
Este fue nuestro compromiso fundacional hace ya 15 años y tiene plena vigencia 15 años después y la tendrá siempre para nuestra cabecera. Es que no sabemos hacerlo de otra manera y es que además no queremos hacerlo de otra manera.
Yo estaba allí en el momento de la fundación y, personal y profesionalmente, supuso un cambio drástico en mi vida. El vértigo por el cambio de vida fue sustituido rápidamente por la emoción de trabajar en un medio de nueva creación, convencido de la necesidad de su existencia. Han pasado quince años y Público sigue siendo tan necesario, si no lo es más, que cuando nació. Porque bajo la apariencia de la pluralidad informativa, en forma de avalancha mediática, se esconde la desinformación, la ocultación cuando no la más mendaz manipulación.
No somos los mejores ni los únicos en defensa de estos valores, pero sí somos distintos y lo llevamos a gala. En Público siempre hay espacio para las noticias que no son noticia para la mayoría y Público fue, es y seguirá siendo ese espacio de acogida para los que creemos que otro mundo es posible, que el fatalismo que condena a los de siempre y favorece siempre a los mismos puede y debe ser combatido.
No es cómodo, no es fácil, pero es nuestra obligación y lo volveremos a hacer como mínimo 15 años más. Gracias a todos los que nos habéis acompañado en este viaje, empezando por los lectores sin los cuales no seríamos nada y a los que nos debemos. Y a su lado, gracias a la redacción y al conjunto de la plantilla de Público que todos los días hacen posible que Público nos acompañe.
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