Un macarra con cara de empollón.
Todo en Félix Bolaños, desde la forma en la que comunicó su asistencia a los actos del Dos de Mayo, a los que no había sido invitado, hasta el intento de colarse en la tribuna de honor, es patético y refuerza a Isabel Díaz Ayuso, a la que el vodevil protagonizado en la Puerta del Sol por el Ministro de la Presidencia permite escenificar una vez más que planta cara a Sánchez.
Y sin miramientos.
Supongo que todos ustedes ya habrán visto en Periodista Digital los vídeos en los que Alejandra Blázquez, jefa de Protocolo de la Comunidad de Madrid, cierra el paso al ‘canapero’.
Hay que tenerlos muy bien puestos para plantarse, brazo en ristre, ante todo un ministro socialista y sus guardaespaldas, y resulta evidente que la tal Blázquez, 46 años, funcionaria y madre de dos hijos, los tiene como el caballo de Espartero.
Detalles y pelotas aparte, el ridículo show de Bolaños sirve a Ayuso como plataforma de lanzamiento de una campaña que tiene toda la pinta de culminar este 28 de mayo con una nueva victoria de la líder popular, en esta ocasión por mayoría absoluta.
Dentro de veinticinco días tenemos unas elecciones, en las que técnicamente se eligen alcaldes en toda España y presidentes en 12 Comunidades Autónomas, pero que, en la práctica, son un plebiscito sobre Sánchez, el socio de los proetarras de Bildu y de los golpistas de ERC.
Desde el pueblo más pequeño hasta la región más relevante tienen que decidir si suspenden al jefe del PSOE y a su infame Gobierno Frankenstein o le dan oxígeno para llegar a las Generales de finales de año con alguna opción de sobrevivir.
No se dejen engañar por los aspavientos de monaguillo de Page, las cortinas de humo de Lambán, las mentiras de monja deVara y el supuesto alejamiento de La Moncloa que impostan estos días muchos candidatos socialistas.
Durante cuatro años, todos han apoyado, aprobado y justificado las chapuzas, arbitrariedades y ocurrencias de su jefe y sin ellos, sin su complicidad, ni el indulto a Junqueras, ni el abrazo a Otegi, ni la Ley del Si es Si, ni el bodrio de la Ley Animal, ni el resto de engendros y memeces hubieran sido posibles.
Todos, como Sánchez, son más culpables que Judas.
Por cierto; no se si se acuerdan de que este Félix Bolaños, el de la pajarraca en la Puerta del Sol este Dos de Mayo, el que hoy acusa de ‘sedición’ a Ayuso por no dejarle colarse en la tribuna, es el mismo al que hace justo un año, cuando entraba a reunirse con Laura Vilagrà, consellera de Presidencia de la Generalitat de Cataluña, le quitaron los conserjes hasta el móvil.
Y entonces, tanto él, como el PSOE o el Gobierno Sánchez tragaron y ni se atrevieron a decir esta boca es mía.
Todo en Félix Bolaños, desde la forma en la que comunicó su asistencia a los actos del Dos de Mayo, a los que no había sido invitado, hasta el intento de colarse en la tribuna de honor, es patético y refuerza a Isabel Díaz Ayuso, a la que el vodevil protagonizado en la Puerta del Sol por el Ministro de la Presidencia permite escenificar una vez más que planta cara a Sánchez.
Y sin miramientos.
Supongo que todos ustedes ya habrán visto en Periodista Digital los vídeos en los que Alejandra Blázquez, jefa de Protocolo de la Comunidad de Madrid, cierra el paso al ‘canapero’.
Hay que tenerlos muy bien puestos para plantarse, brazo en ristre, ante todo un ministro socialista y sus guardaespaldas, y resulta evidente que la tal Blázquez, 46 años, funcionaria y madre de dos hijos, los tiene como el caballo de Espartero.
Detalles y pelotas aparte, el ridículo show de Bolaños sirve a Ayuso como plataforma de lanzamiento de una campaña que tiene toda la pinta de culminar este 28 de mayo con una nueva victoria de la líder popular, en esta ocasión por mayoría absoluta.
Dentro de veinticinco días tenemos unas elecciones, en las que técnicamente se eligen alcaldes en toda España y presidentes en 12 Comunidades Autónomas, pero que, en la práctica, son un plebiscito sobre Sánchez, el socio de los proetarras de Bildu y de los golpistas de ERC.
Desde el pueblo más pequeño hasta la región más relevante tienen que decidir si suspenden al jefe del PSOE y a su infame Gobierno Frankenstein o le dan oxígeno para llegar a las Generales de finales de año con alguna opción de sobrevivir.
No se dejen engañar por los aspavientos de monaguillo de Page, las cortinas de humo de Lambán, las mentiras de monja deVara y el supuesto alejamiento de La Moncloa que impostan estos días muchos candidatos socialistas.
Durante cuatro años, todos han apoyado, aprobado y justificado las chapuzas, arbitrariedades y ocurrencias de su jefe y sin ellos, sin su complicidad, ni el indulto a Junqueras, ni el abrazo a Otegi, ni la Ley del Si es Si, ni el bodrio de la Ley Animal, ni el resto de engendros y memeces hubieran sido posibles.
Todos, como Sánchez, son más culpables que Judas.
Por cierto; no se si se acuerdan de que este Félix Bolaños, el de la pajarraca en la Puerta del Sol este Dos de Mayo, el que hoy acusa de ‘sedición’ a Ayuso por no dejarle colarse en la tribuna, es el mismo al que hace justo un año, cuando entraba a reunirse con Laura Vilagrà, consellera de Presidencia de la Generalitat de Cataluña, le quitaron los conserjes hasta el móvil.
Y entonces, tanto él, como el PSOE o el Gobierno Sánchez tragaron y ni se atrevieron a decir esta boca es mía.
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