Vladímir Putin y su ascenso al poder: una visión íntima de su llegada al poder. Con material inédito hasta el momento, este documental repasa el periodo entre la caída de la Unión Soviética y el cambio de milenio.
El último día del milenio, el 31 de diciembre de 1999, el presidente Borís Yeltsin anunció su dimisión al pueblo ruso. Según establecía la Constitución, su sucesor era el primer ministro Vladímir Putin. El cineasta Vitaly Mansky trabajaba en ese momento para un canal de televisión estatal y tenía acceso ilimitado a Yeltsin, Putin y el círculo interno de los líderes rusos. Además de las imágenes filmadas por su camarógrafo, el propio Mansky grabó muchas escenas con su propia cámara portátil. Por ejemplo, cuando Yeltsin y su familia siguieron los resultados de las elecciones del 26 de marzo de 2000, que confirmaron a Putin como presidente de la Federación Rusa con el 53 por ciento de los votos. Mansky filmó los preparativos del equipo de Putin para su primer discurso televisivo, así como las conversaciones privadas en el Kremlin, en las que Putin otorgó al cineasta una idea de su concepción del poder y el liderazgo. El director combina las observaciones de este cambio político con imágenes de su propio entorno familiar. Mansky vive ahora en el exilio en Riga, Letonia, y con este documental ofrece una visión íntima y sin precedente de los acontecimientos en torno a la toma del poder de Putin. Los protagonistas del documental son Borís Yeltsin, Mijaíl Gorbachov y Vladímir Putin, así como influyentes compañeros políticos y la nación rusa, quienes, como el propio cineasta, fueron testigos de su propio destino.
El último día del milenio, el 31 de diciembre de 1999, el presidente Borís Yeltsin anunció su dimisión al pueblo ruso. Según establecía la Constitución, su sucesor era el primer ministro Vladímir Putin. El cineasta Vitaly Mansky trabajaba en ese momento para un canal de televisión estatal y tenía acceso ilimitado a Yeltsin, Putin y el círculo interno de los líderes rusos. Además de las imágenes filmadas por su camarógrafo, el propio Mansky grabó muchas escenas con su propia cámara portátil. Por ejemplo, cuando Yeltsin y su familia siguieron los resultados de las elecciones del 26 de marzo de 2000, que confirmaron a Putin como presidente de la Federación Rusa con el 53 por ciento de los votos. Mansky filmó los preparativos del equipo de Putin para su primer discurso televisivo, así como las conversaciones privadas en el Kremlin, en las que Putin otorgó al cineasta una idea de su concepción del poder y el liderazgo. El director combina las observaciones de este cambio político con imágenes de su propio entorno familiar. Mansky vive ahora en el exilio en Riga, Letonia, y con este documental ofrece una visión íntima y sin precedente de los acontecimientos en torno a la toma del poder de Putin. Los protagonistas del documental son Borís Yeltsin, Mijaíl Gorbachov y Vladímir Putin, así como influyentes compañeros políticos y la nación rusa, quienes, como el propio cineasta, fueron testigos de su propio destino.
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