• el año pasado
La fuerza de la Esperanza fue plantada en nuestros pueblos, la descendencia de la estirpe de la Luz, somos sus vástagos y somos la vida que renace en este tiempo de los cambios finales, somos la voz del universo que palpita y devuelve la identidad original del hombre en su naturaleza humana, planetaria y universal, somos chispa que encenderá el fuego del Corazón y con el la triunfal libertad del espíritu, nos lleva a reencontrarnos con nuestro ser de amor, que es Dios innominado, La Creación.

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