• hace 10 meses
Modesto nació en la granja Modelo de Arkaute (Vitoria), un centro de investigación que en aquellos años estaba centrado en el cultivo de la patata. Ahí empezó a trabajar su paciencia y a entender la importancia del producto de cercanía y la calidad de la materia prima. Vivía junto a otras seis familias y Pili, una de sus vecinas, fue quien le abrió las puertas al mundo de la moda: "Ella tenía una de las modisterías más importantes de la ciudad. Yo estudiaba en el centro y cuando me tocaba esperar hasta que nos llevasen a casa, me subía al taller a ver cómo cosían".  
Sus primeros diseños fueron vestidos para las Nancys de sus hermanas y con 22 años montó, junto al ya fallecido arquitecto José Luis Devota, la firma de moda Devota & Lomba. Su apuesta siempre fue por la moda lenta, la que huye del modelo comprar, usar y tirar, y el diseñador hace una comparativa con la comida rápida y la alta gastronomía: "Hay que decir que probablemente a corto plazo esta ropa es poquito más cara, pero es como apostar por la buena comida, que a largo plazo es más rentable y más saludable". Y hace también una reflexión que vincula la moda con el plano más emocional: "Es una forma de comunicarnos. Cuando nos vestimos por la mañana creemos que cogemos lo primero que pillamos, pero realmente está todo pensado. Inconscientemente pensamos dónde vamos a acudir ese día o con quién nos vamos a encontrar. Esto lo explicarán mejor los sociólogos, pero es una forma de transmitir seguridad o incluso inseguridad en nosotros mismos". "¿Vaticinasteis el éxito del chándal?", le ha preguntado Mara Torres al hablar de las tendencias en la moda: "Yo creo que sí, que ya vi que había una serie de guiños. La mujer se liberó del corsé y Chanel o Balenciaga empezaron a hacer colecciones más libres. Yo creo que ya estaban percibiendo eso en la sociedad", ha asegurado el diseñador que este año ha recibido la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. 

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