• hace 6 meses
Un teléfono que vibra sin parar, un mensaje ahogado en llanto; desde el comienzo, no solo los truenos anuncian que la llegada de Renata será la llegada de una tormenta. La vida tranquila de Virginia –o quizás estancada como el agua de la pileta del fondo que por las noches burbujea sin explicación– se ve sacudida por la visita de su hermana. Pero esta conmoción no es tanto un estallido como una gota que, poco a poco, va horadando el presente. Así empiezan a asomar las consecuencias de un accidente, los traumas irresolubles, las heridas, pero también los afectos.

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