El primer ministro eslovaco ataca a las ONG financiadas en el extranjero y la oposición europeísta tras su atentado

  • hace 2 meses
Las balas de un tirador lo pusieron el mes pasado al borde de la muerte. Haber sobrevivido al intento de magnicidio más relevante en las últimas décadas en Europa le ha dado un púlpito que no va a desaprovechar. El primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, no ha perdido reflejos en su convalecencia hospitalaria y "un pequeño milagro", según sus palabras, ha hecho posible que se vaya incorporando poco a poco a su trabajo.

Fico, de 59 años, recibió varios disparos a quemarropa el 15 de mayo en Handlova, en el centro de Eslovaquia, y requirió varias operaciones. Ahora, en su esperada reaparición, dice que cree que fue atacado por tener una posición respecto a Ucrania contraria a la corriente dominante europea, pero que no guarda rencor hacia el hombre armado que lo hirió gravemente hace tres semanas. Su pose desafiante y a la vez piadosa puede cotizar alto en las elecciones europeas del domingo, donde su partido, Smer, busca un buen resultado que calme las aguas políticas del país.

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