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A 90 años del paso a la inmortalidad de Hipólito Yrigoyen, el 3 de julio de 1933, el presidente del Instituto Nacional Yrigoyeneano, Diego Barovero, recuerda los últimos momentos del primer mandatario de todos los argentinos. Además valoriza la estrecha relación de Yrigoyen con el Convento de Santo Domingo en Buenos Aires, sitio histórico de los restos de Manuel Belgrano.

Crédito: Instituto Nacional Yrigoyeneano (2023)

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Transcripción
00:00El 3 de julio de 1933, a los 81 años, fallece Hipólito Yrigoyen, después de haber estado enfermo y aquejado por una bronconeumonía que le agravó su estado ya general de salud deteriorado.
00:15Sus restos mortales son velados en la casa de Sarmiento 944, en cuya vereda mucha gente se congrega, Sarmiento y Diagonal Norte.
00:27Finalmente se resuelve conducir sus restos mortales al cementerio de La Recoleta, una manifestación popular como no se había visto hasta entonces.
00:39Más de 30.000 almas acompañan su féretro que cae dos o tres veces durante el traslado a lo largo de la avenida Callao.
00:48Ese féretro es depositado en el panteón y mausoleo de la Revolución de 1890, donde también se encontraba sepultado su tío y fundador del radicalismo, Leandro N. Alem.
01:01Allí siguen depositados sus restos en el cementerio de La Recoleta.
01:06El convento del Santo Domingo tiene además la significación de que su prior, Fray Álvaro Álvarez y Sánchez, era un gran amigo de Hipólito Yrigoyen.
01:16Él es quien lo visita en sus últimas horas, lo confiesa, imparte la unción de los enfermos y le administra la Sagrada Eucaristía.
01:27Hipólito Yrigoyen va a morir con los auxilios de la fe cristiana que había abrazado durante toda su vida.
01:34Y ahora oí, ciudadanos, el mandato de este verso, altar de la democracia, la casa donde él ha muerto.
01:47Y allá al frente donde veis el cabal espacio abierto, su monumento mañana, todo de mármol eterno, un espanto de tiranos y una redención de pueblos.

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