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00:00Ricardo Gavilanes ha sido desde su paso por el Ayuntamiento de León, con el apoyo de
00:16Isabel Carrasco, la eterna promesa del PP de León. Siempre ha sonado su nombre para
00:21ocupar puestos de responsabilidad y siempre se ha quedado por el camino. Por decisiones
00:25ajenas y también por decisiones propias. Pero siempre ha estado ahí, en las oraciones
00:30de un Alfonso Fernández Mañoco que creía en él pero no tanto. Quizá por bisoño,
00:35quizá por su buenismo o quizá por falta de arrojo. Sin embargo, el tiempo de las dudas
00:40se ha acabado y ahora Gavilanes es la mano derecha de Mañoco en las Cortes de Castilla
00:44y León. Gavilanes es ahora el consejero número 11, denominación oficiosa que ya hace años
00:49que se utiliza para el cargo de portavoz del PP en el Parlamento Autonómico.
00:54Hay al menos dos motivos para que Mañoco haya elegido a Gavilanes. El primero, su
00:59capacidad de diálogo y de haber entendido ya que si se está en política es porque
01:03se está dispuesto a todo y el leonés ya no podía mirar ni para el techo ni para el
01:07suelo. El segundo, que Mañoco ha comprendido que es el momento de León, de darle a la
01:12provincia un protagonismo que merece y que se ha hecho necesario ante el auge de un nuevo
01:16e impostado autonomismo al que hay que frenar desde Valladolid pero también desde León,
01:21como entienden los del PP de Valladolid. Gavilanes tiene que ser ese freno que se
01:26contagie en la diputación frente a las derivas de un PSOE leonés que juega a lo uno y a
01:32lo contrario, con un cendón que duda en dar el puñetazo en la mesa o escandar las manos
01:36bajo ella. Para Ricardo Gavilanes el curso político empieza fuerte, tendrá que trabajar
01:42duro pero por si es poca la tarea ahí le va un encargo, la defensa de León. Sí, ya
01:47se sabe que será portavoz de todos los castellanos y leoneses afines al PP, pero a él León
01:52le va a medir por el rasero de la defensa de una provincia económicamente deprimida
01:56y políticamente muda. Hasta ahora.

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