San Jerónimo, el traductor de la Biblia

  • el mes pasado
Poema en honor a San Jerónimo, uno de los Padres de la Iglesia y figura clave del cristianismo primitivo. Nacido como Eusebio Jerónimo de Estridón hacia el año 347 en Dalmacia, zona que hoy pertenece a Bosnia y Herzegovina, fue un erudito, traductor y teólogo cuya mayor obra fue la traducción de la Biblia del griego y hebreo al latín, conocida como la Vulgata, que se convirtió en la versión oficial de la Biblia de la Iglesia Católica durante siglos.

Jerónimo es reconocido por su vasto conocimiento de las lenguas clásicas, incluyendo el latín, el griego, el hebreo y el arameo, lo que le permitió realizar su labor con gran precisión. Estudió en Roma, donde se convirtió en un maestro de retórica y filosofía antes de abrazar el cristianismo con fervor.

Su vida estuvo marcada por un profundo ascetismo. Pasó años como ermitaño en el desierto de Siria, donde buscó purificar su alma mediante la penitencia y la oración. A lo largo de su vida, San Jerónimo defendió vigorosamente la ortodoxia cristiana frente a las herejías, empleando su pluma en polémicas teológicas.

Aunque San Jerónimo era conocido por su carácter fuerte y polémico, también era admirado por su piedad y dedicación incansable a la escritura y la enseñanza. Es a menudo representado en el arte junto a un león, una leyenda que simboliza su compasión y poder espiritual.

San Jerónimo falleció el 30 de septiembre del año 420 en Belén, donde había pasado los últimos años de su vida trabajando en la traducción de la Biblia y enseñando a una comunidad de monjes. Su legado perdura en la teología cristiana, en la interpretación bíblica y en la devoción a las Escrituras.
Transcripción
00:00En la calma del desierto, en un rincón sagrado, San Jerónimo su vida ha entregado.
00:08Entre rocas y arenas su alma ha encontrado, la paz en el ascetismo, en el silencio sagrado.
00:17Dejó la pompa del mundo, las riquezas banales, buscando en la austeridad respuestas inmortales.
00:26Con fervor inquebrantable su espíritu ardiente, halló en la soledad su refugio y su fuente.
00:34Con la pluma en la mano y el corazón sincero, San Jerónimo tradujo el libro más duradero.
00:42Desde el griego y hebreo, con maestría y esmero, al latín lo llevó, con un celo severo.
00:50San Jerónimo, santo, ejemplo de humildad, en tu obra y tu vida hallamos la verdad.

Recomendada