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El conmovedor discurso de un agente de la Policía Nacional al Ministro del Interior, Grande Marlaska.

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Transcripción
00:00Somos Iván y Samuel. Como pueden comprobar, no somos personas sublimes ni
00:05extraordinarias, ni pretendemos serlo, pero sí somos policías nacionales, lo que
00:11tal vez nos convierte en un poquito más extraordinarios, queramos o no.
00:15No me digan que no es extraordinario ser al mismo día asesino, racista, marioneta
00:20del poder, abusador y de repente héroe. ¿Cómo caben en un solo uniforme tantos
00:25disfraces? Es extraordinario. Desear ser policía es inexplicable. Una
00:32pulsión profunda, diminuta, del tamaño de una ceniza, que en un chasquido del
00:37alma un día se inflama y arde para siempre. Unos fuegos artificiales que no
00:43serían reales, salvo porque sentimos latir más fuerte nuestro corazón. De esa
00:48forma es natural que nos enfademos en ocasiones con formas no correctas, cuando
00:53alguien intenta extinguirnos el fuego o matarnos el corazón. A fin de cuentas,
00:57cuando intentan arrancarnos la vocación e intentan arrancarla cuando un desalmado
01:04sobrepasa con su lancha de mayor potencia a la barquitula de seis guardaciviles.
01:08Cuando los narcos envisten sin miramientos el zeta de otros compañeros
01:13que les impiden la huida. Cuando un hombre o mujer intenta abrir la cabeza
01:17con un hacha a un policía o con un cuchillo o un palo o agredirle o
01:21escupirle y no pasa nada. Nada cambia. Más bien se idea la forma de quitarnos
01:27más autoridad todavía para dársela al criminal. No sea que ellos también se
01:31enfaden. ¿Pero por qué? Porque no quieren acabar con el mal y sí destrozar al bien.
01:37Denos cámaras corporales y verán cómo nos destrozan. Y el caso es que ser
01:43destrozados a nosotros nos da igual. Lo que nos molesta y nos hace enfadar es
01:47que la CUPA haga la vida imposible a nuestra madre. Que el miserable saque una
01:51navaja a nuestra hija para llevarse su móvil cuando vuelve de fiesta. O el
01:55canalla sin escrúpulos golpee a nuestro abuelo por la nuca para llevarse su
01:59pensión. El caso es, y ya casi termino, que no sólo en la policía sino que los
02:05demás oficios, sobre todo aquellos que refieren un servicio público, como
02:09determinadas autoridades, también en aquellos debería existir esa pulsión,
02:12esa vocación en materia de seguridad. Y yo me pregunto, ¿por qué a veces nos da
02:18la sensación de que no la hay? A pesar de que estoy seguro de que todavía
02:22quedan hombres buenos y valientes. Hagamos de esto una crítica constructiva.
02:27Porque alguna vez esto debe de cambiar. Por su bien, por el nuestro y por el de
02:32nuestros seres queridos. Pidamos perdón. No prometo que se nos
02:36perdone. Es difícil perdonar cuando han arrancado la vida de nuestros maridos o
02:40nuestros hijos. Pero sí prometo que nuestras conciencias descansarán por
02:44fin. Levantemos la voz en las calles. Defendamos en los medios. Y luchemos con
02:50uñas y dientes en el Congreso, por favor, ministro, una ley fuerte que proteja el
02:54bien y estruje del cuello al mal y no al revés.
02:57Apóyennos con todos los medios. Déjennos trabajar y siéntanse orgullosos.
03:02Quería dar igualmente las gracias a la Fundación por el reconocimiento a la
03:06labor policial. Dar las gracias a mi familia, a mi novia que me acompaña hoy.
03:11Apoyos importantísimos y sobre todo a los policías que dan la vida y han dado
03:16por todos nosotros. No los olvidamos. Viva la policía, viva el rey, viva España.

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