Granjera da lecciones a su jefe millonario

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Transcripción
00:00La crisis reciente había sido un punto de inflexión en la relación entre Tomás y Mariana, aunque las tensiones no habían desaparecido,
00:08ambos sabían que la única manera de sacar adelante la finca era trabajando juntos.
00:13Desde muy temprano, Tomás y Mariana se encontraban en el campo, dirigiendo a los trabajadores en la siembra de una nueva variedad de soja que Tomás había propuesto.
00:24A pesar de las dudas iniciales, Mariana había aceptado probar esta nueva semilla, reconociendo la necesidad de innovar, pero manteniéndose atenta a cualquier signo de fracaso.
00:36La supervisión cuidadosa de Mariana, combinada con el conocimiento técnico de Tomás, había comenzado a dar frutos.
00:44En un rincón del campo, ambos estaban arrodillados sobre la tierra, inspeccionando las primeras plántulas que emergían del suelo.
00:53Mariana observaba con atención, su mano rozando las pequeñas hojas verdes con delicadeza, mientras Tomás tomaba notas en su libreta.
01:02«Parece que están prosperando», comentó Mariana, casi para sí misma.
01:07No esperaba que estas semillas se adaptaran tan rápido.
01:11Tomás sonrió ligeramente, sin apartar la vista de las plántulas.
01:17Hicimos un buen trabajo preparando el suelo.
01:20Y el riego, aunque rudimentario, ha funcionado bien hasta ahora.
01:25Mariana lo miró de reojo, notando el brillo de satisfacción en sus ojos.
01:30A pesar de la resistencia inicial, Tomás había demostrado ser capaz de adaptar sus ideas modernas a las realidades de la finca.
01:39Aunque su enfoque seguía siendo técnico y basado en datos, estaba empezando a comprender que la tierra tenía su propio ritmo, una lección que sólo se aprendía con años de experiencia en el campo.
01:51«Aún queda mucho por hacer», dijo Mariana, levantándose y sacudiendo la tierra de sus manos.
01:58Pero es un buen comienzo.
02:00Tomás se levantó también, asintiendo.
02:03«Sí, pero tenemos que mantener el impulso.
02:07Hay otras áreas donde podríamos aplicar mejoras.
02:10Estaba pensando en probar con un sistema de rotación de cultivos más intensivo.
02:16Podría ayudarnos a mejorar la calidad del suelo y aumentar el rendimiento».
02:21Mariana frunció el ceño, pensativa.
02:24«La rotación intensiva podría funcionar, pero debemos asegurarnos de no sobrecargar la tierra.
02:31Si forzamos demasiado el suelo, podríamos terminar agotándolo.
02:36Tomás asintió, apreciando su cautela.
02:39«Tienes razón.
02:41Quizás deberíamos empezar con un pequeño lote, monitorear los resultados y ajustarnos según lo que veamos».
02:49Este intercambio de ideas, aunque aún tenso en ocasiones, era un reflejo de cómo su colaboración había evolucionado.
02:57Ambos habían comenzado a ceder, a comprometerse,
03:01reconociendo que la combinación de sus enfoques podría llevar a la finca hacia un futuro más sólido.
03:07Mientras caminaban por el campo, Mariana señaló una de las máquinas de riego que había sido reparada después de la crisis.
03:15«El sistema de riego ha sido útil, pero necesitamos un plan para evitar que vuelva a fallar.
03:22Si algo así ocurre durante la temporada de cosecha, podríamos perder todo el trabajo de meses».
03:28Tomás asintió, consciente de la fragilidad de las soluciones temporales que habían implementado.
03:34«He estado pensando en eso.
03:37Podríamos instalar un sistema de respaldo, algo más simple y manual que podamos activar rápidamente si los sensores fallan de nuevo.
03:46De esa manera, no dependeríamos totalmente de la tecnología».
03:51Mariana lo miró con una expresión que mezclaba sorpresa y aprobación.
03:56«Eso es lo que quería escuchar.
03:59Un buen plan B siempre es necesario en esta línea de trabajo».
04:03Mientras continuaban caminando por los campos, supervisando las diferentes áreas de la finca,
04:09hubo momentos en los que la conversación fluía con una naturalidad que ambos encontraban inesperada.
04:15En esos momentos, se vislumbraba una cercanía que hasta hace poco parecía imposible.
04:21Sin embargo, cada vez que esa cercanía amenazaba con volverse más íntima,
04:27uno de los dos rompía el ritmo, recordando las diferencias que aún nos separaban.
04:32En una de esas pausas, se encontraron en un pequeño claro rodeado de árboles viejos,
04:38un lugar que Mariana solía frecuentar para pensar.
04:41La brisa movía las hojas, creando un suave susurro que llenaba el silencio entre ellos.
04:47«Este lugar siempre ha sido especial para mí», dijo Mariana, mirando hacia los árboles.
04:53«Vengo aquí cuando necesito claridad.
04:56Es fácil perderse en las preocupaciones diarias, pero aquí todo parece más simple».
05:02Tomás, que había pasado gran parte de su vida adulta en la ciudad,
05:07sintió un momento de conexión con el mundo de Mariana.
05:10Entendía la necesidad de un espacio para reflexionar,
05:15un lugar donde las decisiones difíciles parecían menos abrumadoras.
05:19«Es un buen lugar», respondió, sin añadir más.
05:23Sabía que cualquier palabra extra podría romper la frágil paz
05:27que se había establecido entre ellos en ese momento.
05:30El sonido de un motor en la distancia rompió la tranquilidad.
05:34Un tractor avanzaba lentamente por el campo,
05:38impulsado por uno de los trabajadores,
05:40y ambos sabían que era hora de volver al trabajo.
05:44«Volvamos», dijo Mariana, con un tono que insinuaba que el momento había pasado.
05:50Todavía hay mucho por hacer antes de que termine el día.
05:54Mientras regresaban a la actividad,
05:56quedó claro que aunque habían logrado avances significativos en la finca,
06:00las tensiones entre ellos persistían.
06:03Las viejas heridas, las diferencias fundamentales en su enfoque hacia la vida y el trabajo,
06:09no se habían desvanecido por completo.
06:12Sin embargo, ahora existía una base de respeto mutuo
06:16que les permitía enfrentar los desafíos de manera más unificada.
06:20Era una tarde calurosa, el sol brillaba con fuerza,
06:24y los trabajadores terminaban las labores del día.
06:27Mariana estaba en el granero, revisando los suministros,
06:31cuando escuchó las primeras palabras de lo que se convertiría en un torbellino de dudas.
06:36Dos mujeres del pueblo, que trabajaban ocasionalmente en la finca,
06:41hablaban en voz baja cerca de la entrada.
06:44Sin quererlo, Mariana captó parte de su conversación.
06:48«Dicen que Tomás no regresó por la finca,
06:52sino porque tuvo problemas en Buenos Aires», murmuró una, su voz cargada de misterio.
06:58«¿Problemas, qué tipo de problemas?», respondió la otra, con la curiosidad afilada.
07:04«Negocios turbios, parece. Algunos dicen que lo obligaron a salir de la ciudad».
07:10«No es la primera vez que oímos de cosas así en la familia Cárdenas, ¿verdad?».
07:16«Quizás las malas costumbres heredan».
07:19Mariana sintió un nudo en el estómago al escuchar aquello.
07:24Sabía que en un pueblo pequeño los rumores tenían la capacidad de inflarse y deformarse hasta volverse irreconocibles,
07:31pero no podía evitar que las palabras sembraran una semilla de duda en su mente.
07:36Desde el regreso de Tomás, había intentado ver más allá del joven que una vez había sido,
07:42esforzándose por reconocer al hombre en el que se había convertido,
07:46pero ahora, esas palabras insinuantes comenzaban a empañar esa imagen.
07:51Intentando sacudir los pensamientos que la acosaban,
07:55Mariana se dirigió al campo donde Tomás supervisaba las nuevas instalaciones de riego.
08:00A lo lejos, lo vio en conversación con un hombre al que no reconoció de inmediato.
08:06Conforme se acercaba, el rostro del extraño se volvió familiar.
08:11Era Ernesto, un viejo conocido del pueblo,
08:15alguien que había cortejado a Mariana en más de una ocasión, sin éxito.
08:20Su presencia allí no podía ser una coincidencia.
08:24Ernesto, de complexión robusta y con un aire de confianza que siempre había irritado a Mariana,
08:30sonrió al verla acercarse.
08:33«Mariana, qué gusto verte», dijo con una cordialidad que sonaba demasiado ensayada.
08:39Ernesto respondió ella con un tono frío, sintiendo una punzada de incomodidad
08:45al notar cómo Tomás observaba la interacción entre ambos.
08:49«¿Qué te trae por aquí?».
08:51«Estaba en el pueblo y pensé en pasar a saludar».
08:55«También escuché que hay algunos problemas por aquí», dijo,
08:59su mirada deslizándose hacia Tomás, quien mantenía una expresión impasible.
09:04«Y como sabes, siempre estoy dispuesto a echar una mano, especialmente si tú estás involucrada».
09:11Tomás frunció el ceño, sintiendo una chispa de celos que no podía ignorar.
09:17Aunque había intentado mantener su relación con Mariana en un ámbito puramente profesional,
09:22el hecho de verla interactuar con Ernesto despertaba en él una inquietud que no esperaba.
09:28«No necesitamos ayuda», interrumpió Tomás, su tono más cortante de lo que pretendía.
09:34«Todo está bajo control».
09:37Ernesto soltó una risa suave, sin perder su compostura.
09:41«Tranquilo, Tomás».
09:44No pretendía interferir, pero a veces es bueno tener a alguien más a quien recurrir,
09:49especialmente cuando las cosas se complican, ¿no crees, Mariana?
09:54Mariana sintió la tensión en el aire, pero también percibió la sombra de lo que Ernesto insinuaba.
10:01«Agradezco tu ofrecimiento, Ernesto, pero como dijo Tomás, estamos bien».
10:07«La finca tiene todo lo que necesita».
10:11Ernesto se encogió de hombros con aparente indiferencia.
10:15«Como quieras. Pero si cambias de opinión, sabes dónde encontrarme».
10:21Con esas palabras, Ernesto se despidió y se alejó, dejando tras de sí una atmósfera cargada de desconfianza.
10:29Mariana observó a Tomás, notando la rigidez en su postura y la línea tensa de su mandíbula.
10:35Sabía que había algo más bajo la superficie, algo que ambos estaban evitando confrontar.
10:41«¿Qué fue todo eso?», preguntó Tomás, su voz contenía una mezcla de curiosidad y resentimiento.
10:48«Ernesto siempre ha sido así, le gusta meterse donde no lo llaman», respondió Mariana con un suspiro.
10:55«Pero hay algo más que me preocupa».
10:58Tomás la miró, su rostro mostrando una breve vulnerabilidad.
11:03«¿Qué pasa?» Mariana dudó por un momento, pero finalmente decidió hablar.
11:09«He oído rumores, Tomás, cosas que la gente dice sobre tu pasado en Buenos Aires.
11:16¿Es cierto que tuviste problemas allá?»
11:19Tomás se quedó en silencio, su mirada desviándose por un instante hacia el horizonte.
11:26Sabía que eventualmente tendría que enfrentar esas preguntas,
11:30pero no esperaba que surgieran tan pronto, ni de esa manera.
11:34Los recuerdos de su vida en la ciudad, de los negocios que lo habían llevado a situaciones comprometedoras,
11:40comenzaron a agolparse en su mente.
11:43«Es cierto que las cosas no fueron fáciles en Buenos Aires», admitió finalmente,
11:49su voz cargada de una sinceridad que le costó sacar.
11:52«Tomé decisiones de las que no estoy orgulloso, y eso me hizo perder mucho.
11:57Regresé aquí porque necesitaba empezar de nuevo, porque quiero hacer las cosas bien esta vez».
12:03Mariana lo miró fijamente, tratando de discernir si había algo más que él no estaba diciendo.
12:10La sombra de la desconfianza se cernía sobre ellos, alimentada no sólo por los rumores,
12:17sino también por la llegada inoportuna de Ernesto.
12:21«¿Y qué tipo de decisiones fueron esas?», preguntó, su voz baja pero firme.
12:26«Quiero entender, Tomás. Necesito saber en quién estoy confiando».
12:32Tomás suspiró, consciente de que, por más que quisiera dejar atrás su pasado,
12:37éste siempre encontraría la manera de alcanzarlo.
12:41Involucré a la empresa familiar en proyectos que parecían rentables, pero resultaron ser desastrosos.
12:48Me asocié con personas equivocadas, gente que sólo buscaba su propio beneficio.
12:54Al final, perdimos mucho dinero y hubo consecuencias.
12:59Pero te prometo que estoy aquí para hacer las cosas de manera diferente.
13:04Mariana asintió lentamente, procesando lo que había escuchado.
13:08Aunque la explicación de Tomás ofrecía algo de claridad,
13:12no borraba del todo las dudas que los rumores habían sembrado en su mente.
13:17Y la presencia de Ernesto, con su sutil insinuación de que Tomás no era de fiar,
13:22sólo complicaba más las cosas.
13:25«Lo que pasó en Buenos Aires es parte de tu pasado», dijo finalmente Mariana, su tono cuidadoso.
13:32«Pero también es algo que debemos tener en cuenta.
13:35Si queremos que esto funcione, si queremos que la finca salga adelante,
13:40necesito saber que puedo confiar en ti».
13:43Tomás la miró a los ojos, viendo en ellos la mezcla de esperanza y recelo que sentía ella.
13:49«Entiendo, Mariana. Haré todo lo que esté en mi poder para demostrarte que soy digno de esa confianza».
13:57Desde la conversación sobre el pasado de Tomás, la dinámica entre ellos había cambiado sutilmente.
14:03Aunque continuaban trabajando juntos, con el mismo compromiso hacia la finca,
14:08había una tensión latente, una distancia invisible que crecía con cada mirada esquiva y cada silencio prolongado.
14:16Esa mañana, Mariana estaba en el granero, revisando los informes de la última cosecha cuando escuchó pasos detrás de ella.
14:25Era Tomás. Se lo notaba diferente, más reservado,
14:30como si también estuviera luchando contra las mismas sombras que la acechaban a ella.
14:35«Buenos días», dijo él, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.
14:40«Buenos días», respondió Mariana, sin levantar la vista de los papeles.
14:46Sentía la presencia de Tomás como una constante, una mezcla de atracción y recelo que la hacía cuestionar cada uno de sus movimientos.
14:54Tomás se acercó, deteniéndose a pocos pasos de ella.
15:00«Estaba pensando en revisar el sistema de riego antes de que empiece la temporada de lluvias.
15:06Quiero asegurarme de que no tengamos los mismos problemas que el año pasado».
15:11«Buena idea», asintió Mariana, finalmente alzando la mirada.
15:16El verde de los ojos de Tomás parecía más oscuro, más sombrío que de costumbre.
15:22«Podemos ir después del almuerzo».
15:25«Perfecto, nos vemos luego entonces», dijo Tomás, dándose la vuelta para salir del granero, pero deteniéndose en el umbral.
15:34«Mariana, si hay algo que te preocupa, deberías decírmelo».
15:39Mariana se quedó en silencio, sorprendida por la franqueza de Tomás.
15:44No estaba segura de cómo responder.
15:47Había tantas cosas que la preocupaban, desde los rumores hasta las incinaciones de Ernesto
15:53y la creciente duda sobre las verdaderas intenciones de Tomás.
15:57¿Pero cómo podía expresar todo eso sin parecer desconfiada o injusta?
16:03«Lo haré», respondió finalmente, su voz sonando más firme de lo que se sentía.
16:08«Si hay algo, te lo diré».
16:11Cuando llegó la tarde, se encontraron nuevamente en los campos, donde el sistema de riego cruzaba los terrenos cultivados.
16:19Tomás ya estaba allí, inspeccionando las válvulas y los sensores con atención.
16:25A medida que Mariana se acercaba, no pudo evitar notar la concentración en su rostro, pero también la tensión en su postura.
16:33«¿Todo bien por aquí?», preguntó ella, tratando de romper el hielo.
16:38«Sí, parece que todo está en orden», respondió Tomás sin desviar la mirada de la maquinaria.
16:44«Quiero estar seguro de que no habrá fallos esta vez».
16:48Mariana sintió y se unió a él en la inspección.
16:52Por un momento, el trabajo manual y la rutina de la finca parecieron desvanecer la tensión entre ellos.
16:59Pero esa paz era frágil, y no tardó en quebrarse cuando Ernesto apareció de nuevo, como un espectro del pasado, pero también del presente.
17:08«Veo que están trabajando duro», dijo con su habitual tono desenfadado.
17:13«Espero no estar interrumpiendo nada».
17:16Tomás se enderezó, mirando a Ernesto con una expresión que no pudo disimular su disgusto.
17:22«¿Necesitas algo, Ernesto?»
17:26Ernesto sonrió, aparentemente imperturbable.
17:30«Solo pasaba por aquí y pensé en saludar».
17:34«Me preocupa ver que dos personas tan dedicadas como ustedes estén siempre tan ocupadas».
17:40«No quisiera que descuiden otros aspectos importantes de la vida».
17:44Mariana sintió el doble filo en las palabras de Ernesto, pero antes de que pudiera responder, Tomás dio un paso adelante, su voz cargada de firmeza.
17:54«Estamos bien, Ernesto. Gracias por tu preocupación, pero como puedes ver, tenemos todo bajo control».
18:03La tensión era palpable.
18:06Ernesto se limitó a encogerse de hombros y dirigió una mirada significativa a Mariana, como si le estuviera sugiriendo que no todo estaba tan bien como Tomás pretendía.
18:17«Mariana, siempre es un placer verte», dijo Ernesto, con un tono más suave y personal, como si intentara crear una conexión solo entre ellos dos.
18:27«Si alguna vez necesitas hablar, ya sabes dónde encontrarme».
18:31Mariana sintió, sintiendo que una línea invisible se trazaba en la arena.
18:37«Gracias, Ernesto. Lo tendré en cuenta».
18:42Después de que Ernesto se fue, el silencio que quedó entre Mariana y Tomás fue pesado, casi opresivo.
18:49Tomás retomó su trabajo en la maquinaria, pero el ritmo de su respiración y la tensión en su mandíbula revelaban que la interacción no había afectado más de lo que quería admitir.
19:00«Tomás, ¿todo bien?», preguntó Mariana, aunque sabía que la pregunta era más un formalismo que una verdadera indagación.
19:08«Todo bien», respondió él, pero su tono brusco traicionaba sus palabras.
19:13Mariana decidió no presionar más, pero la semilla de la duda que Ernesto había plantado empezó a germinar.
19:21¿Qué pasaba si realmente Tomás tenía otros motivos para estar allí?
19:26¿Y si su regreso a la esperanza no era sólo para salvar la finca, sino también para salvarse a sí mismo a costa de todo lo demás?
19:34A medida que el día avanzaba, esa distancia invisible entre ellos se ensanchaba.
19:40Cada gesto, cada palabra que antes parecía acercarlos, ahora estaba teñida por la desconfianza.
19:47Aunque había momentos de genuina cooperación, como cuando ajustaron el último tramo del sistema de riego juntos,
19:54había también un trasfondo de preguntas sin respuesta, de inseguridades que ninguno de los dos estaba dispuesto a enfrentar abiertamente.
20:03«Mariana, sé que las cosas no han sido fáciles», dijo Tomás, rompiendo finalmente el silencio.
20:10«Pero quiero que sepas que estoy aquí por razones sinceras».
20:14Mariana lo miró, sus emociones en conflicto. Quería creer en él, pero los rumores, las insinuaciones de Ernesto y sus propias dudas la mantenían en guardia.
20:26«Tomás, sólo el tiempo dirá cuáles son tus verdaderas intenciones», respondió ella, su voz suave pero firme.
20:34«Lo único que te pido es que seas honesto, no sólo conmigo, sino contigo mismo».
20:40Tomás asintió, aunque había una tristeza en su mirada que reflejaba la creciente distancia entre ellos.
20:47Sabía que las palabras no serían suficientes para disipar las sombras que se habían interpuesto entre ambos.
20:54Había algo más profundo en juego, algo que requeriría más que promesas vacías para ser resuelto.
21:01Mientras se alejaban del campo, la distancia entre ellos, tanto física como emocional, era evidente.
21:08Aunque estaban caminando juntos, cada uno estaba sumido en sus propios pensamientos, en sus propias dudas.
21:15La cercanía que habían comenzado a forjarse estaba desvaneciendo lentamente, reemplazada por un abismo de desconfianza y temor.
21:23Esa noche, mientras cada uno se retiraba a sus respectivos espacios en la finca,
21:29ambos sabían que la jornada siguiente no sólo sería otra oportunidad para trabajar la tierra,
21:35sino para trabajar en la frágil relación que ahora pendía de un hilo.
21:39La noche había caído sobre la esperanza,
21:42y el manto de estrellas que cubría el cielo contrastaba con la tormenta interna que Mariana sentía en su pecho.
21:49Desde la última conversación con Tomás y la constante presencia de Ernesto, algo había cambiado en ella.
21:56La confianza, que alguna vez había empezado a brotar entre ellos, ahora parecía marchitarse bajo el peso de las dudas que la acosaban.
22:05Mariana no había podido dormir.
22:08La mente, traicionera, le repetía una y otra vez las palabras de Ernesto,
22:14los rumores que se habían esparcido como una plaga, y las respuestas evasivas de Tomás.
22:19Finalmente, decidió que no podía seguir así.
22:23Tenía que enfrentar la situación, aunque eso significara abrir heridas o descubrir verdades incómodas.
22:30Se levantó de la cama y se dirigió hacia la casa principal, donde sabía que Tomás aún estaría trabajando en sus planes para la finca.
22:39La noche era fría, y el viento susurraba a través de los árboles, como si el propio paisaje compartiera sus dudas.
22:48Cuando llegó, la puerta de la oficina estaba entreabierta y pudo ver la luz cálida de una lámpara derramándose sobre el suelo.
22:55Tomás estaba inclinado sobre su escritorio, absorto en los papeles que tenía delante.
23:01El silencio del lugar, sólo roto por el crujir de la madera bajo sus pies, hizo que levantara la vista.
23:08Al ver a Mariana en la puerta, algo en su mirada cambió.
23:13No era la sorpresa lo que dominaba sus ojos, sino una mezcla de cansancio y anticipación.
23:20Mariana, dijo, enderezándose y dejando los papeles a un lado.
23:25—¿Qué haces aquí tan tarde?
23:28Mariana cerró la puerta detrás de ella, como si quisiera asegurarse de que nada ni nadie más interfiriera en lo que estaba por venir.
23:36Caminó hacia él, su expresión firme, decidida, aunque por dentro sentía una tormenta de emociones.
23:43—Necesito respuestas, Tomás, dijo sin rodeos.
23:48—No puedo seguir así, con estas dudas y esta desconfianza.
23:53He oído muchas cosas, rumores sobre tu pasado en Buenos Aires, sobre por qué realmente estás aquí.
24:00Y no puedo evitar sentir que me estás ocultando algo.
24:04Tomás la observó en silencio por un momento, sopesando sus palabras, sus intenciones.
24:11Sabía que este momento llegaría eventualmente, pero enfrentarlo de manera tan directa era más difícil de lo que había imaginado.
24:19Sintió una punzada de miedo al pensar en lo que podría perder si no manejaba la situación con cuidado.
24:26Sintiendo que tengas dudas, Mariana comenzó, su voz suave, pero cargada de una gravedad que rara vez mostraba.
24:34—Y es cierto que no he sido completamente honesto contigo.
24:38Hay cosas en mi pasado que no he compartido porque no quería que afectaran lo que estamos construyendo aquí.
24:45—¿Qué tipo de cosas? presionó Mariana, su mirada firme.
24:50—Necesito saber la verdad, Tomás.
24:53—No puedo continuar si no sé en quién estoy confiando.
24:57Tomás suspiró y se acercó a la ventana, mirando hacia la oscuridad exterior como si buscara en ella las palabras correctas.
25:05La luz de la luna iluminaba su perfil, revelando las líneas de cansancio que comenzaban a marcar su rostro.
25:12Finalmente, se dio la vuelta para enfrentarla.
25:16Lo que Ernesto y los demás han estado diciendo no es del todo falso, admitió, cada palabra pesada con la carga de la revelación.
25:25En Buenos Aires, tomé decisiones que me llevaron a situaciones comprometedoras.
25:31Me asocié con personas que no eran lo que parecían, y esos negocios acabaron mal.
25:37Perdí dinero, y con él, también la confianza de muchas personas.
25:42Mariana lo escuchaba con atención, pero la sinceridad de Tomás no disipaba completamente sus miedos.
25:49Sabía que había más, algo que él seguía manteniendo oculto.
25:54—Eso no explica por qué estás aquí —dijo, su voz mostrando una mezcla de comprensión y desconfianza.
26:01—Podrías haber arreglado las cosas en Buenos Aires, pero decidiste regresar, ¿por qué?
26:07Tomás se quedó en silencio por un momento más, sopesando lo que estaba dispuesto a revelar.
26:13Sabía que la verdad completa podría alejarla para siempre, pero también sabía que no podía seguir ocultando todo.
26:21Tenía que encontrar un equilibrio, decir lo suficiente para calmar sus dudas, pero no tanto como para destruir lo que quedaba entre ellos.
26:30—Regresé porque necesitaba empezar de nuevo —dijo finalmente.
26:35—La finca es lo único que me queda, Mariana.
26:39—Es mi última oportunidad de hacer algo bien, de demostrar que puedo ser el hombre que quiero ser, no el que fui en Buenos Aires.
26:47—Pero hay cosas, cosas que no puedo contar aún, porque no solo me afectan a mí, sino a otras personas.
26:54Mariana lo midió fijamente, buscando alguna señal de mentira en su rostro, alguna indicación de que estaba guardando más de lo que decía.
27:03Y aunque sabía que no estaba obteniendo toda la verdad, algo en su expresión, en la vulnerabilidad que mostraba, le decía que al menos en parte estaba siendo honesto.
27:14—Tomás, quiero confiar en ti —dijo, su tono suave pero resuelto.
27:19—Pero no puedo hacerlo si sigues ocultándome cosas.
27:23—Sea lo que sea, cuando estés listo para compartirlo, estaré aquí.
27:29—Pero necesito saber que no me estás usando, ni a mí ni a la finca.
27:34Tomás sintió el peso de sus palabras, y la culpa lo atravesó como una flecha.
27:39No podía negar que había llegado a la esperanza con más que sólo buenas intenciones, que parte de su regreso había sido impulsado por la desesperación,
27:48pero al ver la determinación y la honestidad en los ojos de Mariana, supo que no podía seguir así para siempre.
27:55—Lo sé, Mariana.
27:58—Y lo que te puedo prometer es que, cuando llegue el momento, sabrás todo lo que necesitas saber.
28:04—Sólo, por favor, no te alejes de mí ahora.
28:08—Estoy tratando de hacer lo correcto, pero necesito tu apoyo.
28:13Mariana asintió lentamente, aunque la incertidumbre no desapareció del todo.
28:18Sabía que había partes del pasado de Tomás que aún permanecían en las sombras, pero también comprendía que él estaba luchando contra sus propios demonios.
28:28Decidió darle una oportunidad, no sólo por la finca, sino por lo que podría haber entre ellos,
28:34aunque la atmósfera de desconfianza y tensión continuara flotando sobre ellos como una nube oscura.
28:41De acuerdo, Tomás dijo finalmente, su voz más suave, menos acusadora.
28:47—Gracias, Mariana, dijo, acercándose a ella.
28:51—Prometo que haré lo mejor que pueda.
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29:01El primer rayo de sol se asomaba sobre la esperanza,
29:05tiñendo el horizonte de un dorado tenue cuando Mariana se despertó después de una noche intranquila.
29:12Aunque su conversación con Tomás la noche anterior había aliviado parte de sus temores,
29:17las dudas aún no se habían disipado por completo.
29:21Sabía que habían dado un paso hacia adelante,
29:24pero también que el camino que se extendía ante ellos estaba lleno de sombras que aún no comprendía del todo.
29:31Mariana se dirigió a los campos, donde el trabajo de la mañana ya había comenzado.
29:36El aire estaba fresco, y el aroma de la tierra recién arada la rodeaba,
29:41recordándole por qué había dedicado su vida a este lugar.
29:45Mientras caminaba, se encontró con algunos de los trabajadores
29:49que la saludaban con una mezcla de respeto y familiaridad.
29:53Para ellos, Mariana era más que una simple empleada,
29:57era la esencia misma de la finca, la persona que mantenía todo en marcha.
30:03Llegó al granero, donde Tomás la esperaba, revisando unos papeles.
30:08Al verla, él levantó la vista y le ofreció una sonrisa,
30:12una de esas sonrisas que solía dar antes de que los rumores y las tensiones empezaran a interponerse entre ellos.
30:19Mariana respondió con una pequeña sonrisa, aunque todavía sentía un nudo en el estómago.
30:26—Buenos días —dijo él, acercándose a ella.
30:30—Espero que hayas descansado.
30:32—Lo suficiente —respondió Mariana, tomando una profunda respiración.
30:38Sabía que aún quedaban cosas por resolver, pero también que, por ahora,
30:43necesitaban concentrarse en el trabajo que tenían delante.
30:47—¿Cómo están las cosas hoy?
30:49—Están bien —contestó Tomás, mirando los campos a través de la ventana del granero.
30:55—Parece que la maquinaria está funcionando como debería,
30:59y si todo va bien, podremos terminar la siembra antes de lo previsto.
31:04Mariana sintió, sintiéndose un poco más aliviada al escuchar eso.
31:09—Eso es un buen comienzo.
31:12Ambos salieron del granero y comenzaron a caminar hacia el área donde se llevaban a cabo las operaciones principales de la finca.
31:20A medida que avanzaban, el silencio entre ellos no era incómodo,
31:24pero tampoco estaba exento de la tensión que aún latía bajo la superficie.
31:29Mariana sabía que no podían ignorar lo que había pasado,
31:32pero tampoco quería que el pasado de Tomás consumiera todo lo que habían logrado juntos.
31:38Tomás comenzó Mariana, sin detenerse,
31:41—Quiero que sepas que, aunque todavía tengo mis dudas, estoy dispuesta a seguir adelante.
31:48Entiendo que no puedes contarme todo ahora mismo,
31:51y aunque no es fácil para mí, estoy dispuesta a darte ese espacio, por ahora.
31:57Tomás se detuvo y la miró con una mezcla de gratitud y preocupación.
32:02—Mariana, no quiero que pienses que estoy escondiendo algo para lastimarte o para poner en peligro lo que tenemos aquí,
32:09es sólo que, hay cosas que aún no estoy listo para enfrentar,
32:13y sé que una vez que las revele, cambiarán muchas cosas.
32:17Mariana se volvió hacia él, sus ojos buscando una sinceridad que, hasta ahora, Tomás había demostrado sólo parcialmente.
32:26—Lo entiendo, Tomás.
32:29Pero lo que necesito es que me mantengas informada,
32:32que no me dejes en la oscuridad cuando llegue el momento de enfrentarlo.
32:36La finca y nosotros, no podemos soportar más secretos.
32:41Lo prometo, Mariana.
32:43Cuando llegue el momento, lo sabrás todo,
32:46y espero que para entonces, lo que hemos construido aquí sea lo suficientemente fuerte como para resistirlo.
32:53La conversación dejó un silencio momentáneo entre ellos,
32:57uno que ambos sabían que era necesario para procesar lo que se había dicho.
33:02Sin embargo, algo en esa promesa, en el compromiso tácito de enfrentar juntos lo que viniera,
33:09hizo que la carga que sentían se aligerara un poco.
33:12Continuaron trabajando juntos durante el día,
33:16y aunque la relación seguía siendo algo tensa, también había una renovada sensación de propósito.
33:22En los pequeños gestos y en las miradas fugaces, empezaba a emerger un entendimiento mutuo.
33:28Era como si, al enfrentar sus miedos y dudas,
33:32hubieran creado un espacio donde ambos podían coexistir,
33:35aún con las incertidumbres que los rodeaban.
33:39El sol comenzaba a descender cuando Mariana y Tomás se encontraron de nuevo,
33:43esta vez en el borde de uno de los campos,
33:46observando los primeros brotes verdes que emergían de la tierra.
33:50La vista era un recordatorio del ciclo continuo de la vida en la finca,
33:55un ciclo que dependía tanto del trabajo duro como de la paciencia.
33:59—Es hermoso, ¿verdad? —dijo Mariana, rompiendo el silencio.
34:04—Lo es —respondió Tomás, mirando los brotes con una expresión pensativa—.
34:10Es un recordatorio de que, a pesar de todo, la vida sigue adelante.
34:15Todo lo que hacemos aquí tiene un propósito.
34:19Mariana sintió, sintiendo una pequeña chispa de esperanza en su interior.
34:25Y ese propósito es lo que nos mantiene en marcha, incluso cuando las cosas se ponen difíciles.
34:31Tomás la miró entonces, y en sus ojos había algo más que la determinación de un hombre que lucha por redimirse,
34:38había un atisbo de respeto y admiración hacia Mariana,
34:41hacia la fuerza y la resiliencia que ella había demostrado.
34:45Mariana dijo con voz firme,
34:48—Gracias por no rendirte, ni conmigo ni con la finca.
34:52Prometo que haré todo lo posible para que no te arrepientas de ello.
34:57Mariana sonrió, aunque aún era una sonrisa cautelosa.
35:02—Eso espero, Tomás.
35:04Pero recuerda, esto no es solo tu lucha.
35:08Estamos en esto juntos.
35:10La promesa implícita en esas palabras creó un nuevo tipo de conexión entre ellos,
35:15una que no estaba basada en la confianza ciega,
35:18sino en la aceptación de que ambos tenían un papel en lo que sucediera a continuación.

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