La oposición en Georgia, respaldada por potencias occidentales como Europa y Estados Unidos, ha rechazado los resultados de las recientes elecciones parlamentarias, alegando irregularidades y fraude. En respuesta, la presidenta del país y otras figuras prominentes han instado a sus seguidores a congregarse frente al Parlamento, lo que ha suscitado preocupaciones sobre un posible intento de desestabilización similar a las revoluciones de color, como la de Maidán en Ucrania en 2014. La situación ha generado un clima de incertidumbre y polarización en el país, con llamados a la calma y la legalidad por parte de algunos sectores de la sociedad.teleSUR
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