2025 y la explosión de la Inteligencia Artificial

El 2024 fue el año en que la Inteligencia Artificial se volvió omnipresente, con 200 millones de usuarios semanales que la utilizaban para tareas tan variadas como trabajos escolares, planificar viajes o crear composiciones imposibles. Pero para el próximo año, las cosas tomarán un giro más serio: la IA empezará a consolidarse como una verdadera compañera de trabajo. El término clave que deberíamos aprender es "Agentes de IA": programas capaces de tomar decisiones de forma autónoma y encargarse de tareas repetitivas.

Sam Altman, uno de los mayores referentes de esta tecnología, afirmó sin rodeos que estas herramientas no reemplazarán a los humanos, sino a quienes no sepan utilizarlas. Además, la inteligencia artificial se beneficiará de una nueva revolución informática: la computación cuántica, con ordenadores tan poderosos que harán que los actuales parezcan simples calculadoras. Aunque estos sistemas siguen siendo grandes, complejos y costosos, ya apuntan a otra tendencia para 2025: un aumento en los riesgos de ciberseguridad. En España, los delitos cibernéticos crecieron un 25% el año pasado y todo indica que seguirán al alza. En respuesta, los laboratorios trabajan en el desarrollo de contraseñas cuánticas indescifrables que prometen mayor protección.

Por otro lado, veremos cómo avanza una de las ideas más recientes de Elon Musk: el chip cerebral Neuralink, que ya tiene luz verde para probarse en personas con tetraplejía. Si tiene éxito, podría abrir un mundo de posibilidades, desde mejoras cerebrales hasta riesgos de que nuestra mente sea hackeada.

Todo esto, sin embargo, seguirá exigiendo enormes cantidades de energía y recursos, acelerando el impacto ambiental. Los centros de datos, con su insaciable consumo de agua, la extracción masiva de materiales raros para fabricar móviles y baterías, y la pobre gestión de residuos, seguirán siendo grandes retos que enfrentar en el próximo año.