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En el restaurante italiano «In Galera» en Milán, los presos sirven, entre rejas, comida gourmet a sus comensales.

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Transcripción
00:00Alta cocina en prisión, pero no para los reclusos.
00:05Tras estas rejas se esconde un restaurante gourmet.
00:12Aquí los presos cocinan y sirven ellos mismos a los comensales.
00:18Esto nos lleva a preguntarnos, ¿por qué alguien iría a una cárcel para que unos presos le cocinen?
00:23Muchos se sorprenden de nuestra profesionalidad, al menos eso dicen.
00:30Estamos aquí voluntariamente, queríamos ver las esposas. Es una gran experiencia, algo distinto para variar.
00:39El equipo está formado por presos que cumplen largas condenas.
00:43La atmósfera es elegante a pesar de las rejas.
00:47Ingalera o En la cárcel es el nombre del restaurante de la penitenciaría de Volate en Milán, en el norte de Italia.
00:58Chester de Mesa lleva cumplidos 10 años de condena y le quedan otros 4.
01:05Muchos clientes nos preguntan cuánto nos queda y qué delito hemos cometido.
01:09Pero en principio no se lo decimos a nadie.
01:13En Italia, el centro penitenciario de Volate en Milán es una prisión modelo de seguridad media.
01:20Muchos reclusos aprovechan para trabajar.
01:22Además del restaurante, la cárcel cuenta con un centro de llamadas y una cristalería.
01:27Este modelo funciona.
01:29En Italia, solo un 2% de los reclusos que aprenden un oficio se convierten en reincidentes, frente a la tasa general del 70%.
01:38La directora del proyecto, Silvia Poleri, se propone también poner en contacto a personas ajenas al mundo carcelario con los internos.
01:46Queremos que el restaurante de la cárcel muestre a los clientes que los presos son personas como ellos y no extraterrestres.
01:56Aquí los presos pueden mostrar lo bien que saben trabajar.
02:01Chester lleva tres años aquí de camarero y dice que se siente como un hombre nuevo en cuanto se pone el uniforme.
02:10Quiero ser bueno en este trabajo. Me gusta hablar con los clientes.
02:14Quiero que disfruten viniendo aquí y que se vayan satisfechos.
02:21El restaurante gastronómico de la cárcel es único en Italia y hay que reservar con tiempo.
02:27Tras pasar por el control de seguridad en la entrada, un preso acompaña a los clientes a la mesa.
02:33Aunque Ingalera no tenga estrellas Michelin, sí que cuenta con una mención en la prestigiosa guía.
02:39El menú incluye, por ejemplo, sashi tatar sobre carpaccio de remolacha, un guiso de galeras y tataki de salmón.
02:50Cada plato principal cuesta unos 24 euros.
02:57La comida es muy buena. No como carne, pero enseguida encontraron una solución con rapidez y profesionalidad.
03:05Son muy competentes y se nota que saben lo que hacen.
03:12El jefe de cocina, Davide Sovacchi, no es un recluso. Dirige el restaurante de la prisión desde 2016.
03:19Supervise el trabajo de nueve reclusos.
03:21Ingalera ha pasado a ser rentable y los reclusos empleados tienen contratos indefinidos y sueldos de entre 1.300 y 2.400 euros netos.
03:33Antes de que lleguen los clientes, los presos pueden probar los platos que han preparado.
03:38Sin embargo, lo más importante para ellos es poder trabajar y aprender un oficio.
03:43Estoy muy orgulloso de este trabajo, de que me dieran una oportunidad y de llevar muchos años aquí.
03:50Ya es bastante difícil encontrar un trabajo y más complicado es mantenerlo.
03:55Tengo una hija pequeña. Mi mujer no trabaja y puedo enviar dinero a casa para su manutención.
04:02Trabajo aquí de martes a sábado y desde hace poco me dan permiso los domingos.
04:06En 2025, Ingalera celebrará su décimo aniversario. Toda una trayectoria de éxitos.
04:13También para los reclusos empleados aquí, que tienen las mejores condiciones para reinsertarse.
04:18Cuando recuperen la libertad, casi todos planean trabajar en gastronomía.
04:36Para más información, visite www.alimmenta.com

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