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00:00Son esos políticos los que ahora pretenden llevarnos al conflicto masivo
00:04porque no se atreven a reconocer sus errores. Son esos políticos los que han
00:09impuesto a Europa las verdaderas cargas a nuestra economía. No son los aranceles
00:14anunciados por Estados Unidos, que ojalá no lleguen. Los verdaderos aranceles a
00:19los europeos son el Pacto Verde, los impuestos abusivos y la regulación woke.
00:24Esa es nuestra ruina y no nos la ha impuesto nadie desde fuera. La han
00:29impuesto políticos en Bruselas en contra de la voluntad de los pueblos
00:33europeos. Son los mismos que se reían cuando el
00:38presidente Trump hace ya ocho años advertía a Europa de que se estaba
00:42poniendo en manos de Rusia al renunciar a la energía fósil. Los mismos que ahora
00:49lloraban al oír el discurso de Ban. Literalmente los mismos y literalmente
00:55lloraban. Y todavía lloran. Pero no lloran por los muertos en Ucrania, a la
01:01que han utilizado y a la que han engañado. Ni lloran por los muertos
01:05durante la pandemia, cuyo origen también censuraron. No lloran por las continuas
01:11víctimas de los ataques yihadistas. No, no lloran por nada de eso. No lloran
01:17tampoco por todas las oportunidades que han robado a los jóvenes europeos, ni por
01:21la inseguridad a la que han condenado a las mujeres europeas. Lloran y patalean
01:25porque su incapacidad, su necedad y su traición ya está a la vista de todo el
01:29mundo. Lloraban y todavía lloran porque su negocio, que no es otro que el de
01:34enriquecerse vendiendo a Europa, ha llegado a su fin. Entre otras cosas porque
01:39la administración Biden, que les llenaba las carteras, se ha terminado. Y con ella
01:44se han terminado los millones de dólares que ellos repartían para esparcir sus
01:50políticas y sus ideologías absolutamente nefastas. Pero tengamos
01:54cuidado. Al igual que Sánchez en España, los burócratas de Bruselas van a
01:59aferrarse a sus sillones con desesperación. Quizá porque saben que
02:03cuando no se sienten allí tendrán que sentarse en un banquillo delante de un juez.