• anteayer
Transcripción
00:00Agradezco la confianza que habéis depositado en mí.
00:05Intentaré hacer todo lo posible.
00:08Habla con Rafael y si él no tiene inconveniente, así lo haremos a partir de ahora.
00:11Rafael tiene que aprobarlo.
00:14¿Trabajas a gusto con él?
00:18La ayuda de Adriana nos será más beneficiosa que perjudiciar al padre.
00:21Esa mujer está jugando lo que no es.
00:23Dejémosla que juegue, que se entretenga, que se distraiga, pero que no pase de ahí.
00:27¿Me has entendido?
00:28Leonardo vuelve a ser el lechuguino que era a su llegada.
00:31Y ha dejado de ser el hombre divertido y atento al que te estabas enamorando.
00:34Se ha alejado de mí a su voluntad.
00:36Leonardo, me pides un precio muy alto.
00:38Dejar de lado a los Galvez de Aguirre por ser dichosos, libres, por no tener que escondernos más.
00:43Sé que a Gaspar le haría ilusión ser invitado.
00:45Se ha criado con nosotros, casi como un hermano.
00:47El que hayáis compartido juegos cuando erais pequeños no le convierte en hermano.
00:52Dime, ¿qué te ocurre conmigo?
00:54Hay muchas cosas que no puedo contarte.
00:56Mañana acabaré con la vida de Pedrito.
00:58Podremos llevar a cabo todo lo que nos habíamos propuesto.
01:25Justo antes del amanecer, presagiaba sucesos oscuros.
01:31La quietud de los pasillos y la tensión en el aire se mezclaban con el eco lejano de unos pasos cautelosos.
01:40Aquel lugar, que solía ser el epicentro de reuniones festivas y sonrisas disimuladas, ahora se sentía cargado de presagios.
01:50En cada rincón se respiraba una cautela silenciosa.
01:54Casi temerosa, pues las intrigas, las revelaciones y las decisiones desesperadas se habían multiplicado en los últimos días.
02:04Todo apuntaba hacia un clímax inevitable.
02:06Una confrontación definitiva que amenazaba con deshacer los lazos familiares y dinásticos de aquel valle que, hasta poco tiempo atrás, solía conocerse por su relativa paz y tradición.
02:17Nadie podía imaginar, o al menos así parecía, que en las sombras se hurdía un plan abominable.
02:25Sin embargo, Victoria, con su temple de acero y su corazón endurecido por tantas ofensas y humillaciones pasadas, lo tenía perfectamente calculado.
02:37Había esperado durante semanas, preparando el momento perfecto.
02:41No planeaba exhibir piedad.
02:43Se había aferrado a la determinación de que, al llegar la mañana siguiente, Pedrito pagaría el precio de su mera existencia.
02:53Y era tanto su odio, o tal vez su desesperación, que no parecía vacilar al relatarle la noticia a José Luis, hombre de confianza y amigo de muchas conspiraciones.
03:03Dos, a lo largo de la noche, Victoria había paseado por los jardines de la Casa Grande, calculando cada paso, cada mirada.
03:14La luna plateada iluminaba las rosas blancas que crecían junto al muro perimetral.
03:19Flores que, irónicamente, parecían simbolizar la inocencia que ella misma había perdido tiempo atrás.
03:25Mientras caminaba, recordaba cada ofensa, cada traición, cada humillación que la condujo a este punto sin retorno.
03:35Una risa amarga se le escapó de los labios cuando pensó en lo mucho que Pedrito se había burlado de sus planes comerciales, de su posición social, de su influencia entre la gente.
03:47«Mañana mataré a Pedrito», dijo en voz baja, sintiendo un escalofrío que la recorría de pies a cabeza, no tanto por temor, sino por una mezcla oscura de determinación y un placer siniestro que la asustaba y la embriagaba a la vez.
04:03Regresó a la vivienda para recorrerse a su casa.
04:06Él la aguardaba allí, con el semblante pálido y los ojos revelando cierto desasosiego.
04:14Aunque era hombre de palabra, no podía hablar.
04:17Cuando ella le expuso su nombre, la señora le preguntó por su nombre.
04:21«¿Pedrito?»
04:23«¿Pedrito?»
04:25«¿Pedrito?»
04:27«¿Pedrito?»
04:29«¿Pedrito?»
04:31«¿Pedrito?»
04:33«¿Pedrito?»
04:35«¿Pedrito?»
04:37«¿Pedrito?»
04:39«¿Pedrito?»
04:41«¿Pedrito?»
04:43«¿Pedrito?»
04:45Cuando ella le expuso su determinación, él no supo si asentir con frialdad o rogarle que reconsiderara la idea.
04:54Sin embargo, sabía que enfrentarse a la voluntad de Victoria era en vano.
04:59Aquella mujer estaba convencida de que eliminar a Pedrito era la única manera de proteger su prestigio.
05:05Y tal vez su vida. De supuestas amenazas que se iban acumulando día a día.
05:09José Luis, cargando con la responsabilidad de concretar o apoyar semejante crimen, se limitó a bajar la mirada y a murmurar una oración por el alma del pobre muchacho que pronto estaría en grave peligro.
05:243. Mientras tanto, el Duque, ese hombre poderoso y calculador que desde hacía un tiempo se había convertido en la figura más influyente de la región.
05:35Actuaba detrás del telón para garantizar que la voluntad de Victoria se cumpliera.
05:42Su influencia se extendía mucho más allá de las fincas y los negocios.
05:46Tenía contactos en las autoridades, en los gremios de mercaderes y en los círculos políticos de la ciudad cercana.
05:54Era un hombre al que nadie quería enfrentarse. Por eso, cuando se enteró de las intenciones de Victoria, lejos de amedrentarse, comprendió que aquello podría fortalecer su alianza con ella.
06:08Apoyar su plan, o al menos asegurarse de su éxito, sería un favor difícil de ignorar.
06:14Si Pedrito era un obstáculo para los designios de la Casa Grande y suponía un riesgo para los intereses del Duque, entonces su eliminación podría ser vista como un movimiento estratégico.
06:29José Luis, que también mantenía conversaciones con el Duque, percibió la frialdad de ese hombre y, por un instante, se preguntó si valía la pena llegar a tales extremos.
06:40Pero era demasiado tarde. Los hilos se habían movido, las piezas estaban dispuestas.
06:49La trampa se cerraría sobre Pedrito en cuestión de horas. El siniestro plan estaba en marcha.
06:57Y, aunque una parte de él dudaba, la costumbre de obedecer y la lealtad casi ciega a Victoria le impedían dar un paso atrás.
07:05Cuatro. Lejos de la conspiración mortal, Adriana se debatía en sus propios dilemas emocionales.
07:14Hacía apenas unos días había puesto fin a su relación con Rafael. Las razones eran difusas, envueltas en secretos de familia y rencores que ella no estaba dispuesta a confesar abiertamente.
07:25Rafael, por su parte, parecía resentido e incapaz de entender el repentino desamor.
07:33Sin embargo, el mundo no se detenía. La rutina, los negocios, las exigencias de la hacienda seguían su curso.
07:43Así fue como Adriana se vio en la necesidad de mantener un trato cordial con Rafael, trabajar con él y, por lo tanto, seguir adelante.
07:51En cualquier situación anterior, habría sido incómodo pero manejable. No obstante, la tensión era tan palpable que cada encuentro se convertía en una lucha por contener las palabras hirientes y los reproches mutuos.
08:06Julio, el esposo de Adriana y hermano de Rafael, no tardó en percibirse.
08:11Observaba los gestos esquivos de su mujer, las miradas esquivas de su hermano y el ambiente gélido que surgía de esa interacción forzada.
08:21Intrigado, comenzó a preguntarse qué sucedía realmente con Rafael.
08:26Observaba los gestos esquivos de su mujer, las miradas esquivas de su hermano y el ambiente gélido que surgía de esa interacción forzada.
08:36Intrigado, comenzó a preguntarse qué sucedía realmente entre ellos. ¿Había sido solo un simple desacuerdo laboral, o era algo más profundo que ambos pretendían ocultar?
08:47Julio, atrapado en un mar de incertidumbre, no encontró otro remedio que observar en silencio.
08:52Tenía miedo de profundizar en un asunto que podría terminar por descubrir lo que menos deseaba.
09:00Que su esposa y su propio hermano hubieran mantenido una relación clandestina.
09:06La sospecha comenzaba a alimentarse en su mente, tiñendo de inseguridad cada uno de sus pensamientos.
09:135. Mientras tanto, Mercedes lidiaba con un dilema similar, aunque con un matiz distinto.
09:23Bernardo, hombre apasionado e impredecible, le había propuesto fugarse juntos.
09:28Era una oferta difícil de rechazar para quien buscaba escapar de la asfixiante rutina del valle.
09:33Sin embargo, ella se sentía dividida entre el deseo de comenzar de cero en algún lugar lejano y el miedo a perder todo aquello que había construido a lo largo de los años.
09:46Las raíces de Mercedes en Valle Salvaje eran profundas. Su familia, su reputación, sus aspiraciones.
09:53Todo ello la ataba a esta tierra, pero una parte de sí suspiraba por la libertad y por una vida al margen de tanto drama y tensión.
10:04La confusión de Mercedes se agudizó cuando Bernardo, incapaz de comprender la negativa inicial, presionó para que ella se decidiera.
10:12Le prometió seguridad, le prometió amor y aventuras, una existencia sin ataduras ni escándalos.
10:21Aún así, la propuesta conllevaba renuncias. Implicaba abandonar la estabilidad del presente por una promesa incierta.
10:31Los ojos de Mercedes se nublaban cada vez más.
10:34En su fuero interno, no podía desechar la idea de que, quizá, era demasiado tarde para escapar a un futuro mejor.
10:44Seis, en medio de estas dudas y tensiones individuales, Irene y Bárbara mantenían un acuerdo.
10:50Irene, perspicaz y sensible, le expresó a Bárbara sus impresiones respecto a los cambios de actitud de Leonardo.
10:59Y Bernardo, sin saberlo, acabaría teniendo repercusiones mayores de las que ambas podrían prever.
11:07La confusión de Mercedes se agudizó cuando Bernardo, incapaz de comprender la negativa inicial, presionó para que ella se decidiera.
11:14Irene, perspicaz y sensible, le expresó a Bárbara sus impresiones respecto a los cambios de actitud de Leonardo.
11:24Hasta hacía poco, Leonardo solía mostrarse afectuoso, e incluso protector, con Bárbara.
11:33Sin embargo, algo había sucedido. Su forma de hablar, de mirar, de reaccionar a las palabras de ella, había tomado un cariz distante y hasta hostil.
11:45Bárbara, como quien oculta un secreto que la consume por dentro, se esforzaba por fingir que el cambio de Leonardo no le afectaba.
11:55Pero Irene, que la conocía bien, reconoció en su mirada cierta desolación contenida.
12:03La realidad era que Bárbara no solo estaba confusa por la frialdad de Leonardo, sino también herida.
12:09Recordaba, con un suspiro melancólico, las tardes en que se habían prometido apoyo incondicional.
12:19¿Acaso había cometido ella algún error que justificara ese alejamiento súbito, o Leonardo se veía obligado a ello por presiones que Bárbara desconocía?
12:28Las conjeturas la angustiaban.
12:30Por eso, en su conversación con Irene, trataba de mantener una fachada serena.
12:35Sin embargo, Irene, más allá de las apariencias, presentía que algo tormentoso se fraguaba en el interior de su amiga.
12:45Siete, por otro lado, Alejo, intentando aliviar tensiones en otro frente, acudió al Duque para interceder por Gaspar.
12:53Desde hacía días, Gaspar se sentía relegado, despreciado en los eventos importantes y las tomas de decisiones relevantes en la hacienda y sus alrededores.
13:06Su carácter impulsivo y su orgullo herido lo empujaban a proferir amenazas que solo encendían más la desconfianza hacia él.
13:13Alejo, plenamente consciente de que el rencor de Gaspar podría desembocar en actos que comprometieran la paz del valle, habló con el Duque para convencerlo de que invitara a Gaspar a la cena de honor en homenaje a Sebastián.
13:28La cena, planificada con gran pompa en la Casa Grande, era uno de los eventos más comentados de la temporada.
13:34Figuras destacadas de la sociedad local, las familias más influyentes y los allegados de la hacienda se reunirían para honrar la amistad y los logros de Sebastián.
13:46El Duque, en un principio, se mostró reacio, era hombre de mentalidad estratégica y no encontraba en Gaspar un problema.
13:53Sin embargo, Alejo insistió. Si Gaspar seguía sintiéndose excluido, el resentimiento se convertiría en una chispa peligrosa que, en el momento menos esperado, podría encender un incendio de consecuencias impredecibles.
14:06Invitarlo a la cena era una forma de mantenerlo bajo control, de apaciguar sus impulsos más violentos y de evitar que se sintiera obligado a demostrar su valía por medios extremos.
14:16El Duque, con gesto reflexivo, terminó por admitir que tal vez era mejor integrarlo que permitir que siguiera acumulando resentimiento.
14:25El Duque, con gesto reflexivo, terminó por admitir que tal vez era mejor integrarlo que permitir que siguiera acumulando resentimiento.
14:35Pero lo que ninguno de los dos previó fue que aquella intervención, aparentemente pacificadora, desencadenaría reacciones en cadena que amenazarían el frágil equilibrio de la región.
14:488. Bárbara, mientras tanto, se debatía sobre la posibilidad de que el Duque pudiera hacer una intervención pacífica.
14:54La idea de compartir mesa con Leonardo, en un entorno social y repleto de miradas inquisitivas, la inquietaba.
15:04Recordaba vívidamente la intensidad que había existido entre ellos, y que no se podía evitar.
15:11La idea de compartir mesa con Leonardo, en un entorno social y repleto de miradas inquisitivas, la inquietaba.
15:19Recordaba vívidamente la intensidad que había existido entre ellos en otro tiempo, y la forma tan amarga en que todo parecía haber cambiado.
15:30La simple idea de cruzar miradas con ese hombre en público, cuando su relación personal pendía de un hilo, le provocaba zozobra.
15:39Pero la cena no era un mero encuentro social. Se trataba de un acontecimiento crucial, lleno de simbolismo, que marcaba la posición de cada invitado en la jerarquía de Valle Salvaje.
15:52Asistir representaba mantenerse visible, hacer notar su presencia y lealtad a la Casa Grande y a sus anfitriones.
15:59No hacerlo podría interpretarse como un desaire o como un acto de rebeldía, y eso podía resultar peligroso en un entorno tan lleno de intrigas y apariencias.
16:12Bárbara, con sus sentimientos encontrados, se sentía atrapada. ¿Debía enfrentarse a la tensión con Leonardo y demostrar firmeza, o era preferible apartarse y evitar la escena, arriesgando con ello ser señalada como una mujer débil o, pero no tan débil?
16:29Peor aún, sospechosa de algo que no se atrevía a confesar.
16:359. Mientras cada uno lidiaba con su propio dilema, la sombra del asesinato de Pedrito seguía extendiéndose por la estancia.
16:45Pocos conocían los detalles del plan orquestado por Victoria, pero su aura tensa se filtraba por las paredes.
16:50En los pasillos, en las cocinas, en los establos, se susurraban rumores sobre discusiones, órdenes secretas y movimientos inusuales de algunos guardias.
17:05Algunos criados comentaban haber visto a José Luis revisar el área trasera de la hacienda, donde se preparaban caballos y carruajes.
17:13Otros hablaban de un hombre desconocido que llegó durante la madrugada, tal vez un sicario profesional, dispuesto a encargarse de tareas sucias.
17:25Las especulaciones crecían, pero pocos se atrevían a pronunciarlas en voz alta. El temor a represalias por parte de la Casa Grande era un elemento disuasorio de primer orden.
17:35Sabían, por experiencias pasadas, que el silencio era la mejor forma de conservar la vida y la estabilidad.
17:45La mayoría prefería voltear la mirada, fingiendo ignorancia, mientras las oscuras ruedas del destino seguían girando.
17:5210. A esas alturas, Pedrito se hallaba completamente ignorante de la tormenta que se cernía sobre él.
18:01Sus días transcurrían entre tareas cotidianas, tratos comerciales y algún que otro desafío a la autoridad de la Casa Grande.
18:11Había dedicado los últimos meses a consolidar su posición como un pequeño propietario de la casa.
18:17Había dedicado los últimos meses a consolidar su posición como un pequeño propietario de tierras, ansioso por ganarse un espacio en el competitivo mercado agrícola de la región.
18:30A menudo, había mantenido roces con Victoria y con el Duque, en especial cuando sus ambiciones chocaban de frente con los intereses de la Hacienda.
18:39Sin embargo, jamás imaginó que el rencor de Victoria hubiese escalado hasta el punto de planear su desaparición física.
18:48La ingenuidad, o la confianza ciega en su habilidad para sortear los peligros, lo mantenía despreocupado.
18:57Había aceptado una invitación para la cena de Sebastián, con la esperanza de acercarse a los círculos de poder y mejorar sus relaciones comerciales.
19:09Su error, quizá, fue no prestar atención a las miradas de desprecio y a los murmullos que se desataban cuando se marchaba de las reuniones.
19:20O tal vez, un exceso de orgullo lo impulsaba a creer que nada malo podía ocurrirle.
19:28Así, Pedrito caminaba por los caminos polvorientos con la cabeza en alto, convencido de que sus proyectos pronto florecerían.
19:39Al fin y al cabo, se encontraba en la misma tierra que lo vio nacer, y en su ingenua visión del mundo, ningún mal tan atroz podía acecharlo allí.
19:5011. Sin embargo, lejos de esa impresión inocente, la maquinaria del crimen se engrasaba con cada hora que pasaba.
20:00Victoria, acompañada de un puñado de cómplices discretos, finalizaba detalles cruciales para que nada fallara.
20:09El lugar escogido para el asesinato se ubicaba en las afueras de la hacienda, una zona boscosa donde los caminos se enmarañaban y el silencio de la noche podría tragarse cualquier grito o resistencia.
20:22El plan era sencillo y demoledor. Distraer a Pedrito con algún pretexto, llevarlo a ese lugar apartándolo de miradas curiosas y poner fin a su vida sin dejar rastro.
20:32No habría advertencia, no habría posibilidad de huida. Mientras ultimaba estos preparativos, Victoria no dejaba de rememorar las veces que Pedrito la había contradicho en público, menospreciado sus proyectos o desafiado su autoridad.
20:51Ese compilado de afrentas la impulsaba a sellar su destino sin permitir que el menor remordimiento se interpusiera.
20:57Su convicción era férrea. Pedrito representaba una amenaza que debía ser erradicada.
21:08José Luis, a su lado, miraba de reojo los planos que señalaban rutas de escape y lugares estratégicos para el encuentro.
21:15Sabía que luego de aquel acto atroz, no habría marcha atrás. Pero, si había aprendido algo en todos sus años de servicio a Victoria, era que las órdenes de ella se cumplían sin objeciones.
21:3212. Pese a la tensión creciente, la vida en la hacienda no se detenía. Los preparativos para la cena en honor a Sebastián iban avanzando a toda prisa.
21:42La servidumbre se afanaba en decorar los salones, colocando arreglos florales, encendiendo candelabros y supervisando la cocina, donde se preparaban banquetes fastuosos.
21:54Los rumores sobre Pedrito no eran el único tema candente. Se murmuraba que aquella velada también serviría para que los integrantes de la Casa Grande consolidaran ciertos pactos y anunciaran acuerdos comerciales que, de aprobarse, cambiarían la dinámica económica del valle.
22:13A la par de los arreglos, Adriana se ocupaba de la parte logística, la confirmación de invitados, la ubicación de las mesas, el orden del brindis. En esta tarea tuvo que coordinar, inevitablemente, con Rafael, quien se mostraba demasiado serio, casi distante, y apenas se comunicaba con ella más allá de lo estrictamente necesario.
22:38El roce continuo y contenido entre ambos no pasó desapercibido para Julio, que en su papel de anfitrión principal, se encargaba de dar la bienvenida a los primeros asistentes que llegaban a la hacienda para hospedarse en las habitaciones de huéspedes.
22:53Julio procuraba sonreír ante las visitas, pero la intranquilidad lo corroía. No lograba desechar las sospechas que se habían estado gestando en su interior. Su esposa y su hermano parecían esconder algo, tal vez la sombra de un romance pasado o un secreto que ninguno se atrevía a confesar.
23:17Y, aunque se consideraba un hombre prudente, no podía negar el peso de la incertidumbre, que amenazaba con explotar en cualquier momento, sobre todo cuando Rafael y Adriana coincidían en un mismo espacio.
23:3213. Al otro lado de los jardines, Mercedes caminaba con paso ligero, buscando con la mirada a Bernardo.
23:42Tenía el rostro compungido, los ojos revelaban un conflicto interno. Había pasado la noche dándole vueltas a la propuesta de huir con él. Por un instante, había acariciado la idea de ver el amanecer en una ciudad lejana, juntos, libres de las ataduras de Valle Salvaje, y de la influencia opresora de la Casa Grande.
24:07Pero, esa misma mañana, las dudas habían regresado con fuerza. ¿Y si se trataba de una fantasía insostenible? ¿Y si, en vez de encontrar la felicidad, acababan condenados al ostracismo? ¿Cómo sobrevivirían sin el respaldo económico y social que siempre habían tenido, por más frágil o engañoso que fuera?
24:29Finalmente, dio con Bernardo junto a las caballerizas. Se encontraba de pie, absorto, como si contemplara un horizonte imaginario. Al notar la presencia de Mercedes, se giró con un brillo de esperanza en sus ojos oscuros.
24:51Ella, con la voz temblorosa, comenzó a explicarle que todavía no estaba lista para dar ese paso. Que lo amaba, sí, pero que el terror de abandonar todo lo conocido la paralizaba.
25:08Bernardo, en vez de mostrar comprensión, se tensó y apretó los puños. Parecía no creer que, después de tanto insistir y de presentarle un plan aparentemente perfecto, Mercedes siguiera atada al miedo y a las conveniencias sociales.
25:25Se produjo un silencio agrio, la antesala de una posible ruptura. Quizá aquel vínculo clandestino y apasionado había llegado a un punto muerto, incapaz de sostenerse ante la presión de lo prohibido y el anhelo de libertad total.
25:4014. La tarde dio paso a una noche estrellada, sin un atisbo de luna. En la penumbra, todos los engranajes giraban para preparar el gran evento en la Casa Grande y, al mismo tiempo, consumar un crimen abominable.
25:56Victoria no durmió, prefirió pasar las últimas horas afinando con José Luis los pormenores del plan. Necesitaba la certeza de que nada fallaría.
26:09Había convenido que Pedrito recibiría un mensaje a primera hora, citándolo a una reunión urgente en un establo apartado, con la excusa de tratar un acuerdo que, en teoría, le daría un lugar destacado en los negocios del Valle.
26:24Pedrito, con su ingenuidad, acudiría sin sospechar. Allí, todo estaría dispuesto para que su vida terminara y su desaparición se ocultara el tiempo suficiente como para que ni siquiera llegara a la cena que él mismo esperaba con anhelo.
26:40Aquella noche, la atmósfera era tan densa que se sentía casi como una presencia física. Las paredes parecían guardar secretos inconfesables, los pasillos crujían bajo el peso de las pisadas furtivas.
26:57Mientras las horas corrían, un presentimiento se propagaba sin nombre por las estancias, como si algo fatal e inminente fuera a desatarse al amanecer.
27:06Unas pocas almas perdidas, entre ellas, Irene, Bárbara y Alejo, intuyeron que algo siniestro se cocinaba, pero no supieron identificar la verdadera magnitud de lo que estaba a punto de ocurrir.
27:2315. Finalmente, llegó el primer resplandor del alba, teñido de un color rojizo en el horizonte, presagio de una jornada cargada de sangre y dolor.
27:33En la casa grande, todo el mundo se puso en movimiento. Las cocinas encendieron los fogones, se sacudieron manteles, se revisaron vajillas.
27:47Algunos invitados madrugadores merodeaban el patio interior, desconociendo la tragedia que pronto sacudiría los cimientos de aquel lugar.
27:55Mercedes cruzó a paso veloz la galería principal, evitando la mirada de Bernardo.
28:04Adriana intentó esquivar a Rafael, mas no pudo evitar un breve cruce de palabras tensas.
28:12Julio, con el rostro cansado, se esforzaba por atender a los preparativos y dejar de lado sus inquietudes personales.
28:19Entretanto, en una habitación apartada, Victoria se vestía con ropajes oscuros, sin ornamentos que distrajeran la gravedad de su determinación.
28:31Sus manos temblaban ligeramente mientras abrochaba los botones, pero su rostro seguía mostrando la misma frialdad de la noche anterior.
28:39Sentía en su pecho un latido acelerado, mezcla de ansiedad y un furor contenido.
28:45A cada segundo, la imagen de Pedrito cayendo en la emboscada la invadía con una sensación extraña.
28:51No era culpa ni arrepentimiento, sino una suerte de alivio por ver consumada su venganza.
28:5916. En algún punto cercano a los muros de la hacienda, Pedrito recibió un recado.
29:04Un mozo de cuadra, pagado por José Luis, le entregó una nota donde se le invitaba a hablar de negocios urgentes que le convenían.
29:14Pedrito, con la mentalidad de progresar y asegurarse un respaldo para la próxima temporada de siembra, se entusiasmó de inmediato.
29:24Sin sospecha alguna, se encaminó a la casa de la señora.
29:27Vestía ropas sencillas, pero había tenido la precaución de llevar consigo algunos documentos y propuestas escritas,
29:34dispuesto a presentar sus ideas y convencer a quien fuera necesario de que sus planes merecían apoyo.
29:42En cada paso quedaba, una vez más, un recado.
29:46El recado de la casa de la señora.
29:48Dispuesto a presentar sus ideas y convencer a quien fuera necesario de que sus planes merecían apoyo.
29:56En cada paso quedaba, el canto de los pájaros y el aroma de los pinos lo acompañaban, ajenos a la conspiración humana que aguardaba unos metros más allá.
30:07Si hubiera prestado más atención, quizá habría notado la inusual quietud del sendero o la ausencia de peones que transitaran a esa hora.
30:15Pero su mente estaba demasiado centrada en la supuesta negociación. Aquella ingenuidad resultaría fatal.
30:2417. Al llegar al punto de encuentro, un claro entre los árboles, Pedrito se detuvo, mirando a su alrededor.
30:34Nadie aparecía. Dio un par de pasos, inquieto, preguntándose si habría llegado demasiado pronto.
30:41Los ruidos de pisadas tras él lo hicieron girarse, pero fue demasiado tarde para reaccionar.
30:49De la penumbra emergieron dos figuras. Uno de ellos, sin duda, era José Luis. El otro, un tipo de rostro endurecido que empuñaba un arma.
31:01La sonrisa de Pedrito se congeló en un gesto de desconcierto. Alcanzó a balbucear el nombre de José Luis,
31:07esperando algún tipo de explicación.
31:12Sin embargo, no hubo palabras de consuelo ni explicaciones plausibles. El disparo resonó en el bosque,
31:18ahogando cualquier grito que Pedrito pudiera haber pronunciado.
31:24Un segundo impacto, y el cuerpo de Pedrito se desplomó sobre la hierba húmeda.
31:29Su mirada, que un instante atrás reflejaba confianza, se quedó fija en un punto indefinido.
31:34Con el asombro de quien no comprende por qué la vida se le escapa tan rápido.
31:41José Luis se mantuvo tenso, sosteniendo el arma en un silencio sepulcral,
31:45mientras el sicario verificaba que Pedrito no diera señales de vida.
31:52En cuestión de un minuto, todo había terminado para aquel hombre.
31:56Y, con ello, se había sellado un capítulo de infamia para la Casa Grande.
32:0018. Mientras tanto, en la hacienda, Victoria sentía un extraño peso en el pecho,
32:05como si algo en el ambiente hubiera cambiado de golpe.
32:11Se acercó a una ventana que daba a los jardines y se quedó mirando el horizonte, con el corazón palpitante.
32:20No se atrevió a salir corriendo en busca de noticias.
32:23Pero, en el momento en que se acercó a la ventana,
32:26no se atrevió a salir corriendo en busca de noticias.
32:29Pero sabía que, de un momento a otro, José Luis o el Duque confirmarían que el plan se había consumado.
32:38En su fuero interno, se preguntó si, tras la muerte de Pedrito,
32:42las cosas mejorarían para ella y los suyos,
32:45o si se vería obligada a cargar con la culpa hasta el fin de sus días.
32:51La servidumbre seguía en plena actividad, ignorante de lo sucedido.
32:55La cena de honor se aproximaba y requería una coordinación casi militar.
33:02Quienes aguardaban el gran evento no sospechaban que un crimen atroz acababa de cambiar el destino de Valle Salvaje.
33:12Mercedes, cuando pasó junto a Victoria en el corredor, sintió un ligero escalofrío al cruzar miradas con ella.
33:19No supo explicar el porqué de esa sensación lúgubre,
33:22pero percibió en los ojos de la otra mujer un brillo gélido que parecía albergar algo oscuro.
33:30Por su parte, Adriana sintió una punzada en el pecho al ver a José Luis aparecer por la puerta principal,
33:36con el semblante rígido y la mirada turbia.
33:39Algo muy grave había sucedido, pensó ella,
33:42pero no atinó a imaginar la magnitud de la tragedia que acabaría sacudiendo los cimientos de la hacienda.
33:51Gaspar, preparado para recibir la invitación formal a la cena,
33:55no se percató del suceso terrible que había ocurrido en las afueras.
34:02La carta del duque, redactada a instancias de Alejo,
34:05llegó por la mañana.
34:07En ella se le invitaba a sentarse en la mesa principal como muestra de reconciliación y buena voluntad.
34:15Gaspar, con un orgullo herido, dudó en aceptar.
34:18Sin embargo, la promesa de recuperar prestigio y posición en la sociedad local le hizo relapacitar.
34:27Tomó la carta con manos temblorosas, sintiendo que, al fin,
34:31se le habría una oportunidad de reivindicación.
34:37No sospechaba que, tras bambalinas, la muerte de Pedrito alteraría el equilibrio de fuerzas
34:42y volvería a encender el fuego de las sospechas.
34:48Porque, tarde o temprano, la desaparición de Pedrito suscitaría preguntas.
34:53Y cada pregunta sin respuesta señalaría, inevitablemente,
34:57a la Casa Grande y a los que hubieran tenido razones para eliminarlo.
35:05Así transcurrían las horas, aproximándose al atardecer que precedía la esperada cena.
35:13La hacienda relucía, engalanada con las mejores galas y con un clima que,
35:17de no haber sido por el crimen consumado, habría resultado envidiable.
35:21De lejos, se escuchaba el arribo de los primeros carruajes con invitados distinguidos.
35:29En el ambiente se percibía la mezcla de perfumes,
35:32el murmullo de conversaciones formales y el sonido del calzado elegante sobre el empedrado.
35:40Sin embargo, las sombras comenzaban a agitarse en los rincones más apartados.
35:46Sin embargo, las sombras comenzaban a agitarse en los rincones más apartados.
35:50La sangre inocente había sido derramada,
35:53y aunque Victoria intentara convencerse de que era un mal necesario,
35:57el destino rara vez se deja manipular sin consecuencias.
36:03Las tensiones entre Adriana, Rafael y Julio seguían sin resolverse.
36:07Mercedes se debatía aún entre el amor y el miedo junto a Bernardo.
36:12Irene vigilaba de cerca a Bárbara y Leonardo,
36:16temiendo que ese lazo roto detonara en cualquier momento.
36:22Alejo creía haber traído paz para Gaspar,
36:25ignorando que la violencia ya había manchado la reputación de todos.
36:31Y el Duque, en un silencio calculador,
36:34veía cómo las piezas se acomodaban a su favor,
36:37aunque no podía anticipar quién sería el próximo en actuar por desconfianza,
36:41venganza o desesperación.
36:46Un presentimiento nublado atravesaba los pasillos de la Casa Grande.
36:49La muerte de Pedrito no sería el fin de las intrigas,
36:52sino el principio de una cadena de reacciones
36:55que sacudirían los cimientos de Valle Salvaje.
37:01La noche estaba a punto de comenzar, con todo su esplendor y boato,
37:05pero bajo las risas forzadas y los brindis se enmascararían verdades
37:08tan oscuras como la sangre todavía fresca en el bosque cercano.
37:15El destino, caprichoso e implacable,
37:17ya había escrito su sentencia para algunos,
37:20pero para otros apenas comenzaba a trazar con trazo incierto
37:23los contornos de un escándalo monumental.
37:28¿Quién sería capaz de sobrevivir al peso de la culpa,
37:31a la ira de los que amaron a Pedrito,
37:33a los amores ocultos que amenazan con deshonrar familias enteras?
37:36La respuesta flotaba en el aire viciado,
37:39pendiente de un desenlace que sólo el tiempo
37:42y la fuerza de la verdad terminarían revelando.
37:47Por ahora, la Casa Grande se alzaba en silencio,
37:50testigo y cómplice de los secretos de quienes habitaban en Valle Salvaje.
37:57Ninguno de ellos, ni siquiera Victoria,
38:00en su convicción asesina, ni el Duque, con su ansia de poder,
38:03podía prever que en el próximo capítulo,
38:06cuando las luces de la velada se apagaran
38:09y se descorrieran las cortinas de la noche,
38:11la oscuridad liberaría a los demonios
38:13que cada uno había intentado ocultar por tanto tiempo.
38:18Pedrito, sin saberlo, había marcado con su muerte
38:21el inicio de una vendetta incontrolable,
38:24un juego de mentiras y venganzas del que,
38:27cuando la velada que pase, será aún más difícil escapar.

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