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NoticiasTranscripción
00:00Buenos días. Si necesitan una historia optimista, aquí la tienen. Acabo de conocer a un electricista,
00:05una convivencia recomendable en estos tiempos de apagones que no han hecho sino comenzar.
00:10Le veo desenvolverse con la soltura de quien está familiarizado con cables, contadores y
00:15diferenciales. Realiza su trabajo con la profesionalidad suficiente para intercambiar
00:20anécdotas sobre su esposa gallega y su vida en Mallorca. En un breve plazo, el electricista ha
00:25cumplido su tarea y rellena los formularios pertinentes. En ese momento pronuncia la frase
00:30que, con todos los respetos, no he escuchado a ningún otro profesional en años, quizás en décadas.
00:37Nada me gusta tanto, dice, como devolverle la luz a una casa. Me encanta la alegría que le das a
00:42quienes viven en ella. La convivencia se ha envenenado tanto que hemos dejado de disfrutar
00:48con nuestro trabajo. No lo contemplamos ni como una posibilidad. Sería humillante reconocer la
00:54plenitud de haber apretado correctamente un tornillo o unas palabras. Por eso quería contarles la
01:01historia del electricista que le da a la felicidad. Y me encanta que hayan seguido este comentario hasta el final.