• hace 16 años
Podemos considerar los experimentos de Faraday en 1821 con conductores e imanes flotando en mercurio como el primer esbozo de un motor eléctrico y aun más allá, hasta los experimentos de Oersted y de Schweigger pueden disputar tal honor.
Uno de los eslabones más importantes en el camino hacia el motor eléctrico es la rueda de Barlow (1822) debida a Peter Barlow (1776-1862), donde, a una rueda de cobre colocada entre los polos de un potente imán, se le comunica una corriente continua, poniéndose en ése momento a girar, como consecuencia de a la interacción entre el campo magnético del imán y el creado en la rueda. En este aparato el conductor por medio del cual se comunica a la rueda la electricidad es un depósito de mercurio situado en su base.