En 1998, durante el segundo mandato de Pedro Rosselló, Puerto Rico vivió una huelga nacional detonada por la intención del entonces gobernador de vender la Puerto Rico Telephone Company (PRTC) a GTE.
En solidaridad con los trabajadores de la compañía, que muchos llamaban parte del “patrimonio nacional”, y también porque sectores del comercio cerraron de forma preventiva, se llegó a detener la banca, los centros comerciales y el transporte en las áreas metropolitanas de Puerto Rico.
Incluso el aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín, que desde hoy está arrendado a la compañía mexicana Aerostar Airport Holdings, fue paralizado por horas, como parte del activismo sindical y de la sociedad civil en apoyo a los telefónicos.
Las imágenes de obreros encadenados, aporreados y arrastrados inconscientes por la Policía mientras defendían sus trabajos quedaron tan grabadas en el colectivo que, aún 15 años después, esa “huelga de la Telefónica” es, junto a la movilización para sacar la Marina de Vieques, el referente para medir el apoyo del pueblo a distintas causas. (El Nuevo Día)
En solidaridad con los trabajadores de la compañía, que muchos llamaban parte del “patrimonio nacional”, y también porque sectores del comercio cerraron de forma preventiva, se llegó a detener la banca, los centros comerciales y el transporte en las áreas metropolitanas de Puerto Rico.
Incluso el aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín, que desde hoy está arrendado a la compañía mexicana Aerostar Airport Holdings, fue paralizado por horas, como parte del activismo sindical y de la sociedad civil en apoyo a los telefónicos.
Las imágenes de obreros encadenados, aporreados y arrastrados inconscientes por la Policía mientras defendían sus trabajos quedaron tan grabadas en el colectivo que, aún 15 años después, esa “huelga de la Telefónica” es, junto a la movilización para sacar la Marina de Vieques, el referente para medir el apoyo del pueblo a distintas causas. (El Nuevo Día)
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