Ni la lluvia, ni las bajas temperaturas enfrían el sueño europeo de miles de refugiados

  • hace 9 años
Ni la lluvia, ni el barro, ni las bajas temperaturas consiguen enfriar el sueño europeo de miles de refugiados. Este es el aspecto que presentaba este lunes la frontera entre Serbia y Croacia. Una multitud de personas hacía cola para cruzar el paso de Bapska y continuar su viaje hacia otros países más prósperos del norte y oeste de Europa. Entre los refugiados, que llevan semanas en movimiento, había muchas personas resfriadas o con síntomas de gripe.

El Gobierno croata los traslada en autobuses hasta el campamento de Opatovac antes de que reemprendan su viaje hacia Eslovenia o Hungría, países del espacio Schengen. De ahí pasan a Austria. Y de este país, a Alemania. La autoridades austriacas están desbordadas. Tan solo el domingo, entraron en el país casi 8.500 refugiados. En Alemana, los centros de acogida están llenos a rebosar y los conflictos entre grupos de refugiados son cada vez más frecuentes. Una de estas peleas dejó el fin de semana 14 heridos, tres de ellos policías.

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