La victoria de Donald Trump en Estados Unidos, y su lema nacionalista de ‘volver a hacer grande a América’, ha asustado a ciertos inversores pero también alegrado a otros. Es decir, las farmacéuticas son los valores que ahora más suben en Wall Street porque Trump ha prometido reformar la ley del precio de los medicamentos en su favor al revés de lo que hubiera hecho Hillary Clinton. Por ello, los títulos de Pfizer o Merck se disparan.
Why are investors embracing Trump? Join jonsindreu and GoldRiva who will discuss and take questions in an hour https://t.co/PjtEouz5g1— Wall Street Journal (@WSJ) 10 de novembre de 2016
En cambio, Google, Apple o Microsoft bajan. Desde el Silicon Valley, los gigantes tecnológicos ven con malos ojos a un futuro presidente que ha hecho campaña por el proteccionismo frente a esta nueva economía que se aprovecha de la apertura de fronteras y la fabricación en terceros países.
Asimismo, el escepticismo sobre el cambio climático de Trump favorece el alza de las empresas de materias primas porque se cree que esto por el contrario penalizará al sector de las energías renovables que, en su caso, caen en bolsa.
El escepticismo al mismo tiempo del republicano a la regulación financiera impulsa a bancos y aseguradoras porque se ven más libres para sus operaciones en los mercados.
Y de forma opuesta, las compañías exportadoras como en el sector del automóvil tienen miedo al proteccionismo del nuevo presidente republicano. Por eso, las cotizaciones de BMW o Daimler en Alemania o Toyota u Honda en Japón bajaron el miércoles. Finalmente, el plan de un billón de dólares en inversiones públicas de Trump abre el apetito de las constructoras. Los títulos de ACS, por ejemplo, lo celebraron en el Ibex-35 de Madrid.
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En cambio, Google, Apple o Microsoft bajan. Desde el Silicon Valley, los gigantes tecnológicos ven con malos ojos a un futuro presidente que ha hecho campaña por el proteccionismo frente a esta nueva economía que se aprovecha de la apertura de fronteras y la fabricación en terceros países.
Asimismo, el escepticismo sobre el cambio climático de Trump favorece el alza de las empresas de materias primas porque se cree que esto por el contrario penalizará al sector de las energías renovables que, en su caso, caen en bolsa.
El escepticismo al mismo tiempo del republicano a la regulación financiera impulsa a bancos y aseguradoras porque se ven más libres para sus operaciones en los mercados.
Y de forma opuesta, las compañías exportadoras como en el sector del automóvil tienen miedo al proteccionismo del nuevo presidente republicano. Por eso, las cotizaciones de BMW o Daimler en Alemania o Toyota u Honda en Japón bajaron el miércoles. Finalmente, el plan de un billón de dólares en inversiones públicas de Trump abre el apetito de las constructoras. Los títulos de ACS, por ejemplo, lo celebraron en el Ibex-35 de Madrid.
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