Donald Trump ha esbozado una ambiciosa agenda para su regreso a la Casa Blanca, con el objetivo de realizar cambios radicales en múltiples frentes a través de órdenes ejecutivas.
La inmigración será un punto clave, con planes para reintroducir la política de «Quédate en México» y declarar una emergencia fronteriza nacional para acelerar las deportaciones.
También pretende clasificar a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas extranjeras y reanudar los esfuerzos para terminar el muro fronterizo.
En el frente económico, Trump ha prometido aranceles de hasta el 60% sobre los productos procedentes de China y del 25% sobre las importaciones canadienses y mexicanas para dar prioridad a la fabricación estadounidense.
También está considerando la creación de una reserva federal de Bitcoin para reforzar el futuro financiero de la nación.
Las políticas climáticas y energéticas están a punto de sufrir un importante retroceso, ya que Trump promete aumentar las perforaciones en tierras federales y en alta mar, al tiempo que se retira del acuerdo climático de París.
También planea prohibir los nuevos proyectos eólicos y los mandatos sobre vehículos eléctricos.
En política exterior, Trump ha expresado su intención de poner fin al conflicto de Ucrania, aunque los detalles siguen sin estar claros.
Es probable que vuelva a imponer sanciones a Cuba y Venezuela y que revoque la decisión de Biden de retirar a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo.
La agenda social de Trump incluye una ofensiva contra las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión mediante el bloqueo de la financiación federal para las escuelas e instituciones que apoyan dichos programas.
También se espera que restablezca la política de Ciudad de México y las restricciones a la financiación del programa Título X, de planificación familiar.
Además, planea prohibir que las mujeres transexuales compitan en deportes femeninos.
Trump ha prometido indultos para muchos de los implicados en la revuelta del Capitolio del 6 de enero, refiriéndose a ellos como «rehenes».
También planea hacer públicos documentos relacionados con los asesinatos de Robert y John F. Kennedy, así como de Martin Luther King Jr. con el objetivo de hacer frente a las antiguas teorías conspirativas.
La inmigración será un punto clave, con planes para reintroducir la política de «Quédate en México» y declarar una emergencia fronteriza nacional para acelerar las deportaciones.
También pretende clasificar a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas extranjeras y reanudar los esfuerzos para terminar el muro fronterizo.
En el frente económico, Trump ha prometido aranceles de hasta el 60% sobre los productos procedentes de China y del 25% sobre las importaciones canadienses y mexicanas para dar prioridad a la fabricación estadounidense.
También está considerando la creación de una reserva federal de Bitcoin para reforzar el futuro financiero de la nación.
Las políticas climáticas y energéticas están a punto de sufrir un importante retroceso, ya que Trump promete aumentar las perforaciones en tierras federales y en alta mar, al tiempo que se retira del acuerdo climático de París.
También planea prohibir los nuevos proyectos eólicos y los mandatos sobre vehículos eléctricos.
En política exterior, Trump ha expresado su intención de poner fin al conflicto de Ucrania, aunque los detalles siguen sin estar claros.
Es probable que vuelva a imponer sanciones a Cuba y Venezuela y que revoque la decisión de Biden de retirar a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo.
La agenda social de Trump incluye una ofensiva contra las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión mediante el bloqueo de la financiación federal para las escuelas e instituciones que apoyan dichos programas.
También se espera que restablezca la política de Ciudad de México y las restricciones a la financiación del programa Título X, de planificación familiar.
Además, planea prohibir que las mujeres transexuales compitan en deportes femeninos.
Trump ha prometido indultos para muchos de los implicados en la revuelta del Capitolio del 6 de enero, refiriéndose a ellos como «rehenes».
También planea hacer públicos documentos relacionados con los asesinatos de Robert y John F. Kennedy, así como de Martin Luther King Jr. con el objetivo de hacer frente a las antiguas teorías conspirativas.
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