• hace 8 años
La crisis ha pincelado con trazos de extrema pobreza el paisaje de Atenas. Tras años liderando las tasas de paro en la Unión Europea, Grecia ha visto como se disparaba el número de ciudadanos sin hogar. En su capital, una legión de desheredados, muchos de ellos ancianos, pasa las noches al raso…

Muchos siguen vivos gracias a “Amor y apoyo”, un albergue situado en el corazón de la ciudad al que llegó Kostas Darmis en 2011.

– “He estado aquí los últimos 5 años. La primera vez vine a comer. Ahora ayudo y hago de todo, todas las tareas. Vivo en una casa de huéspedes del municipio de Atenas, perdí a mis padres, así que estoy aquí ayudando y me gusta lo que hago”, afirma Darmis.

En el albergue, las personas sin hogar pueden comer un plato caliente, lavar sus ropas y pasar unas horas en un ambiente acogedor, muy diferente al de su realidad cotidiana. Kostas Vitalakis lo fundó hace 25 años junto a su esposa:

– “Siempre les decimos que hay esperanza, que, como dice el dicho, la esperanza nunca se pierde… Y ellos responden que no, que no la tienen, pero no es cierto”, sentencia Vitalakis.

El albergue consta de los dos últimos pisos de un edificio de varias plantas. Cientos de personas pasan por allí a diario. Unos vienen por la comida o el aseo, otros, en busca de compañía.

– “Lo más importante para quienes vienen aquí es que, durante unas horas, encuentran un hogar. Dicen que encuentran esperanza. Pero a las 8 de la noche, el albergue cierra y vuelven a la desventura de las calles”, concluía la periodista de euronews Fay Doulgkeri.

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