Ancestral pueblo pescador de Colombia en riesgo de desaparecer
Taganga, una antigua comunidad de pescadores artesanales del Caribe colombiano, afronta la más grave de sus calamidades: su actividad ha sido elevada a la categoría de delito porque la zona donde siempre la han ejercido fue agregada de un plumazo al parque Natural Tayrona.
Taganga es un pequeño pueblo construido en las orillas de una bahía, cerca de la ciudad de Santa Marta, la más antigua de Colombia y la segunda de Suramérica. Se estima que hay 500 pescadores organizados legalmente y que en total puede haber dos mil en esta zona, que basan su precaria economía diaria en la pesca.
La decisión de prohibir la pesca artesanal –ratificada por la Corte Constitucional en 2015– se basa en que la actividad deteriora el medio ambiente y busca “garantizar que las especies marítimas que habitan el área puedan llegar a una etapa de madurez adecuada para reproducirse y así permitir la continuación del ciclo biológico”. Esto permitiría la supervivencia de especies que están en vías de extinción y el resguardo de ecosistemas acuáticos, según señala la Corte.
En su sentencia, la Corte ordenó un plan maestro de protección y restauración del Parque Tayrona, y la compensación mediante proyectos productivos a los pescadores que no puedan desarrollar esta actividad; sin embargo, las entidades encargadas del plan aún no han llegado a ningún acuerdo con los pescadores.
Taganga es un pequeño pueblo construido en las orillas de una bahía, cerca de la ciudad de Santa Marta, la más antigua de Colombia y la segunda de Suramérica. Se estima que hay 500 pescadores organizados legalmente y que en total puede haber dos mil en esta zona, que basan su precaria economía diaria en la pesca.
La decisión de prohibir la pesca artesanal –ratificada por la Corte Constitucional en 2015– se basa en que la actividad deteriora el medio ambiente y busca “garantizar que las especies marítimas que habitan el área puedan llegar a una etapa de madurez adecuada para reproducirse y así permitir la continuación del ciclo biológico”. Esto permitiría la supervivencia de especies que están en vías de extinción y el resguardo de ecosistemas acuáticos, según señala la Corte.
En su sentencia, la Corte ordenó un plan maestro de protección y restauración del Parque Tayrona, y la compensación mediante proyectos productivos a los pescadores que no puedan desarrollar esta actividad; sin embargo, las entidades encargadas del plan aún no han llegado a ningún acuerdo con los pescadores.
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